Centros comerciales exhiben ropa nacional en uno de los locales de moda de Guayaquil.

La identidad nacional escalo en los escaparates de la moda

Las prendas de vestir confeccionadas y diseñadas en Ecuador ganaron un sitial en los almacenes de Guayaquil La realidad era distinta 30 años atrás.

La etiqueta tricolor se confunde entre otras norteamericanas, colombianas, italianas, españolas... El ‘made in Ecuador’ se lee en blusas, pantalones, vestidos y accesorios en 22 de los 38 locales comerciales de moda que atienden en el CityMall. En San Marino, 7 de 31 tiendas de ropa presentan una situación similar; y en Mall del Sur, la relación es 9 de 21.

Que en 3 de los 15 centros comerciales que cita el portal turístico ‘Guayaquil es mi destino’, haya presencia de prendas nacionales en un 72 %, 22 % y 43 %, respectivamente, representa un espacio privilegiado que era limitado hace tres décadas. En los 90, vestir con ropa nacional era sinónimo de escasez de calidad, innovación y diseño; sin embargo, en la actualidad, las prendas ecuatorianas son cotizadas incluso en el extranjero por cumplir precisamente esos tres aspectos.

La diseñadora ecuatoriana Bertha Serrano menciona que la calidad de la ropa no se mide porque sea nacional o extranjera, sino por el presupuesto que tenga la empresa o el emprendedor y ese concepto, finalmente, ha madurado en el país.

“Tenemos la misma calidad a nivel mundial, solo que influye mucho el presupuesto, el capital de inversión en maquinarias y demás recursos va de la mano con el precio final”.

Serrano es propietaria de Fulgore, marca guayaquileña que nació con accesorios, pero que evolucionó hasta consolidarse en el mercado textil nacional e internacional. En su portafolio constan blusas, zapatos y carteras. “Cada producto que realiza Fulgore tiene una historia hecha con amor en Ecuador; pues se cuida cada uno de los detalles y acabados, generando una verdadera experiencia en compra”, señala Serrano, quien ya exporta a Chile, México y Colombia.

Otra marca que trascendió las fronteras y países es GM, de Gustavo Moscoso, que comenzó llamándose ENVI. En la actualidad es una línea de ropa de caballeros de prestigio.

En 2019, durante el mes de febrero, el diseñador ecuatoriano fue partícipe por segunda ocasión en la semana de la moda de New York Fashion Week (NYFW), evento que le ha permitido que sus creaciones sean exhibidas en las pasarelas de la Gran Manzana. Esta tienda que se encuentra en el centro comercial Plaza Lagos Town Center, en Samborondón, incluso posee sucursales en Cuenca.

Quienes emprenden en este mercado tienen claro que debió pasar una época de crisis para encontrar las oportunidades actuales. A inicios del siglo XXI, ya con la dolarización, empezó a crecer un movimiento para impulsar el consumo de productos fabricados dentro del país.

En el 2000 se produjo un incremento en las exportaciones del 8,14 % con relación a las de 1999, con lo que se marcó una tendencia en lo posterior, de acuerdo con registros de la Asociación de Industriales Textileros del Ecuador (AITE).

En 2005, entre tanto, surgió la campaña ‘Primero Ecuador’ que, a la fecha, ha reclutado alrededor de 517 empresas, entre públicas y privadas. Diez años después, el Gobierno de turno impuso salvaguardias por balanza de pagos a prendas de vestir y calzado importado, para alentar la producción nacional y evitar la fuga de divisas, como una medida temporal.

El economista Iván Pisco, analista del departamento de Dirección de Estudio de la Cámara de Industria de Guayaquil, advierte que en la actualidad es difícil establecer que la industria textil nacional se encuentre en un buen momento.

Según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), en el 2018 este sector registró una variación del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 0,01 % con respecto al 2017; sin embargo, en la producción local entre 2008 y 2018, el crecimiento fue de 0,7 % por año.

En total, durante el 2018 la industria textil generó $ 958 millones, lo que representó el 6,7 % del PIB manufacturero no petrolero del país; y 0,9 % del PIB total del Ecuador.

Mientras las cifras revelan un modesto crecimiento, empresarios del sector consideran que en Ecuador hubo un avance en la preferencia por el producto nacional.

Humberto Alvarado, administrador de Súper Éxito, del CityMall, menciona cuatro marcas propias de origen nacional: LK, Alexander Julián, Aeroplane y Caramelo, cuyas prendas son creadas en las fábricas de la misma compañía. “Nosotros trabajamos con alrededor de 70 proveedores que están distribuidos en todo el país”, dice Alvarado.

La empresa De Prati posee prendas para niños, jóvenes y adultos que son confeccionadas en el país y otras que son importadas. En su portal web se muestran marcas propias como: Stefano, Isabella, H&O, Amanda, Giancarlo, H&O Tribu, Expressions, Kiddo, City Sport. Incluso existe una sección Deconova para la decoración del hogar.

Etafashion, en tanto, cuenta con la línea de damas y caballeros que incluye las marcas Navigare, Labelle, TaxiBoys, Taxi Girls, Ejecutivo, Friday Ligths, Zaffina, Vital Sport y Pozzaz.

Esa es una realidad generalizada en Ecuador y que se aprecia de cerca en las perchas de moda en tiendas de Guayaquil. Aquello genera un impacto directo en la economía nacional con alrededor de 158 mil empleos directos en empresas textiles y de confección, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

De esta forma, se convierte en el segundo sector manufacturero que más mano de obra emplea, después del sector de alimentos, bebidas y tabacos.

La Superintendencia de Compañías registra alrededor de 610 empresas que se dedican a la fabricación de productos textiles y prendas de vestir, cuya facturación, sumadas ambas, es de $ 815 millones.

Con la llegada de las redes sociales, los negocios de moda ganaron audiencia y dinamizaron sus estrategias de marketing.

Daviana Ayala, estudiante de Relaciones Comerciales y propietaria de El Closet de Dav, empezó con su boutique luego de graduarse del colegio. Sus prendas proyectan comodidad y estilo. “Hablo mucho con las chicas que vienen al Closet, tengo una muy buena relación con ellas, yo sé qué les gusta y qué no, en base a ello trato de acoplarlo a sus gustos”. Quienes visitan la tienda online realizan pedidos a domicilio, e incluso acuden a su tienda física ubicada en Kennedy Norte, cuyo sitio se distingue de las demás casas debido al enorme castillo de color rosa que llama la atención de quienes transitan por el lugar.

El Closet de Dav, Fulgore y GM son solo una muestra de cómo la industria textilera se abrió espacios en el mercado nacional y con una identidad marcada.

Este contenido es parte del concurso de periodismo universitario de Expreso.

Autores: Jéssica Gualli Guamán, Diego Vásquez Villarreal, Dayana Avilés Zambrano.

Universidad: Universidad Laica Vicente Rocafuerte.

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