Los huérfanos, el lado invisible del femicidio

Los huerfanos, el lado invisible del femicidio

Cifras. La violencia de género en mujeres separadas, divorciadas o viudas en Carchi llega a un 78,6 %. Superando el porcentaje nacional que es de 73,9 %.

Con el cuerpo de su hija en un ataúd, Aída Pérez no dejaba de pensar en sus tres nietos, menores de edad, especialmente el último, de 7 años.

La madrugada del domingo, ‘Marcos’ se despertó ante los gritos desesperados de su madre Laura Zulema Gómez, de 44 años. Al tratar de ayudarla no pudo evitar algo espeluznante: ver a su padre que le clavaba un cuchillo en la yugular de su progenitora. Una escena que el menor no ha podido olvidar y que, durante el velorio de la autora de sus días, lo compartió con su abuela.

Hasta el lunes, el pequeño parecía normal, mientras sus dos hermanas, de 12 y 16 años, lloraban la tragedia. Un infortunio que hoy los deja huérfanos de padre y madre. Tras el crimen, Ramón Oriol Pilligua, un hombre doce años mayor que Laura, se envenenó.

Los tres menores se suman a los dos niños (de 6 años y 8 meses de nacido) que dejó Marjorie Quinto, también asesinada por su conviviente, el pasado domingo, en el cantón Salitre.

Son las víctimas invisibles del femicidio que, según cifras del Ministerio del Interior, se suman a los 26 niños que dejaron diez mujeres asesinadas como consecuencia de la violencia de género.

Un total de 31 menores huérfanos, hijos de 12 de 19 mujeres muertas en manos de sus esposos, convivientes o exparejas, en apenas 43 días del 2017.

¿Qué sucederá con ellos?

“Como Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil, a través de la Junta Cantonal, lo que podemos es estar en capacidad de dictar medidas emergentes, que permitan al familiar que quiera tener el cuidado de los niños, cuente con la custodia temporal. Eso le permite tener los derechos de manera temporal de custodia sobre dicho niño hasta que el juez determine algo definitivo”, explica el abogado José Manuel Portugal, secretario ejecutivo local del CCPID-G.

Según el profesional, cuando fallece la madre o el padre, bajo cualquier circunstancia o causa, la custodia pasa al progenitor que queda con vida, sin importar que estén separados, divorciados o no hayan tenido una buena relación.

Pero, cuando fallecen los dos padres es una situación atípica. El juez podrá determinar la tenencia del niño a favor de un familiar que quiera hacerse cargo de él, y donde no tenga algún tipo de peligro.

En lo que va de 2017, el CCPID-G ha atendido 150 casos de vulneración de derechos a niños, niñas y adolescentes. El 55 % de esos casos son por algún tipo de maltrato, en algunos casos producto de violencia intrafamiliar.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social hace el seguimiento de ellos, mientras el Ministerio de Salud hace el acompañamiento psicológico. Dependiendo de la afectación, las terapias pueden durar meses.

No se sabe qué pasará con los hijos de Laura. Hace quince años ella llegó desde la Concordia hasta la península de Santa Elena para establecer su hogar. Los niños no tienen ningún familiar cerca de su domicilio. Por lo pronto, sería su hija adolescente -quien está embarazada- la que se encargaría del cuidado de sus hermanos menores.