Los hijos causan calentamiento global

En todas las culturas, criar a un hijo se considera una de las acciones más gratificantes que una persona puede realizar. Sin embargo, un coro de activistas, científicos y periodistas sugiere que todos deberían pensar dos veces antes de procrear. La emisora de radio pública de Estados Unidos, NPR, cuestiona: “¿Deberíamos tener hijos en la era del cambio climático?”. La revista The Nation quiere conocer la respuesta a la siguiente interrogante: “¿cómo puede usted decidir tener un bebé cuando el cambio climático está rehaciendo la vida en la Tierra?” The Guardian aconseja a sus lectores: “¿quiere usted luchar contra el cambio climático? Tenga menos hijos”. Y, el New York Times advierte que tener un hijo es la peor acción ambiental que cualquier persona podría llevar a cabo. Un artículo de investigación escrito en 1976 señaló que el miedo a la superpoblación se había convertido en “una de las razones para permanecer sin tener hijos”. Uno se pregunta si los científicos sintieron remordimiento, o cuántos padres potenciales se arrepintieron cuando las predicciones calamitosas terminaron siendo acciones que simplemente infundían temor. Los científicos climáticos actuales argumentan en contra de tener hijos al dirigir la atención a la carga ambiental que causa el aumento de la población del planeta. El abordaje que aboga por culpar a los padres de todas las emisiones de toda su progenie en el futuro es simplemente ridículo. La verdad es que un hijo adicional significa quizás 90 años de emisiones de CO2 (causadas en gran medida por una vida de consumo de productos y servicios que son los que causan dichas emisiones), que en el peor de los casos se mantendría en torno al nivel actual de alrededor de 15 toneladas por persona al año. Eso suma 1.350 toneladas en el transcurso de este siglo. Si realmente está preocupado por dichas emisiones adicionales, usted podría contrarrestar los daños causados por las emisiones durante la vida de su hijo con una suma aproximada de $23.400 (€19.600) en el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea. Si usted compra los certificados, obligará a las compañías de energía y a otros a emitir exactamente 1.350 toneladas menos este año. Para poner esto en contexto, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que el costo de criar a un niño estadounidense de clase media hasta la edad de 17 años es de $233.610. Claramente, el valor para los padres de tener un hijo vale más -probablemente mucho más- que $233.610. Reducir las emisiones de CO2 al no tener un hijo tiene un valor no mayor a $23.400. En términos monetarios crudos, los “beneficios” de los hijos superan con creces sus “costos” climáticos. Sin embargo, las acciones para asustar a padres potenciales continúan. El cambio climático ciertamente es un desafío que debemos enfrentar, y existe un argumento convincente para realizar gastos adicionales en la investigación y desarrollo de energías renovables. Pero asustar a las personas para que no tengan hijos niega a los padres potenciales lo que a menudo se considera una de las mejores cosas que la vida puede ofrecer, y se hace eso con el fin de lograr menos beneficios de los que se podrían comprar con $23.400. Hacer tan poco bien ambiental a un costo humano tan grande es un mal negocio para todos.