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El hijo de Isabel II, Andres cae en desgracia

Su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein y una fallida entrevista ocasionan su retiro.

Andrés mantendrá su condición de miembro de la familia real

Andrés de Inglaterra, el hijo favorito de la reina Isabel, cayó en desgracia y se retiró de la vida pública. La relación del príncipe con el pedófilo Jeffrey Epstein -que se suicidó en la cárcel este pasado verano- ha sido la causante, y una fallida entrevista concedida a la BBC y emitida el sábado, fueron la gota que ha colmado el vaso.

Esta marcha atrás de Andrés -de 59 años y octavo en la línea de sucesión al trono- de sus tareas llegaba después de que empresas e instituciones decidieran retirarle su apoyo, también el financiero, y explicaran que no querían que les siguiera representando. Son más de 200 organizaciones con las que tendrá que dejar de colaborar. Para empezar, por ejemplo, ha cancelado una visita a Yorkshire para atender a las víctimas de unas inundaciones.

No pierde su condición de miembro de la familia real. Pero lo que sí pierde es una importante cantidad de dinero: más de 319.580 dólares, su asignación anual. Conservará su casa en Windsor -que le regaló la soberana en 2003 y los no pocos ingresos que le proporciona el ducado de Lancaster.

Según reseñan varios diarios británicos como el Times, el Daily Mail o el Evening Standard, el responsable de que Andrés quedara apartado ha sido su hermano mayor, el príncipe Carlos. Según fuentes cercanas a la casa real, el heredero se mostró firme a la hora de hablar con su madre y de pedirle que actuara, que era una cuestión de deber institucional más que de afecto familar.

Lo que todavía se desconoce es en qué situación quedarán sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. La prensa británica indica a que su papel institucional -relativamente reducido al tratarse de la novena y la décima en la línea de sucesión a la corona- se verá aún más menguado. Más en un momento en el que están en el candelero, ya que el próximo año Beatriz, la mayor de ambas, se casará con el financiero italiano Edoardo Mapelli Mozzi.

La boda de su hermana Eugenia, celebrada en octubre de 2018 en Windsor, costó más de dos millones de dólares al erario público. Pero puede que ahora la de Beatriz tenga que pagarse del bolsillo de la monarca o del bolsillo del propio Andrés.

Además, están las cuestiones legales. Algunos medios como The Telegraph apuntan a que el príncipe podría ser citado a declarar en Estados Unidos y que eso podría causar complicaciones, ya que quizá las autoridades no le dejen volver al Reino Unido.