Hechos reales

Todo hecho y proceso social del pasado o presente se lo reconstruye. Los historiadores llamamos a esto trabajo hermenéutico, que se hace con los siguientes elementos: la reconstrucción, estudio, análisis, interpretación, explicación, comprensión y el relato (narrativa), que comunica a la sociedad el proceso cognoscitivo realizado. Por eso todo evento del pasado supone una narrativa hecha por los sectores interesados en difundir y explicar ‘su interpretación’.

El 30 de septiembre de 2010 hubo un hecho que se dio en un cuartel de la policía. Protestaban los uniformados descontentos por disposiciones gubernamentales que violaban sus derechos. El caudillo tóxico, con prepotencia y megalomanía, contra toda advertencia de proteger su seguridad, fue a desafiarlos. Desde el principio el país supo que eso no era un golpe de Estado, sublevación militar o policial, sino un simple acto de rechazo.

Sin embargo aprovechó los medios a su disposición, recursos públicos y el Estado de propaganda del cual disponía el correato, creando una narrativa sobre él. Ahí se empeñó en sostener y afirmar (aunque nunca pudo demostrar) que ese era un “golpe blando” realizado por “conspiradores y desestabilizadores” (?) de la RC que utilizaban a policías y militares.

Con ese pretexto se los enjuició, apresó, juzgó y penalizó. Muchos fueron destituidos. Hoy sale a la luz pública que el líder tóxico y su grupo de mafiosos corruptos lo que hicieron fue torcer todo creando una narrativa perversa del 30S como un golpe de Estado contra la democracia y contra él como demócrata.

Ahora ha caído el telón. Ya están las evidencias claras. No hubo ningún golpe de Estado ni él fue un demócrata sino un déspota que manipuló y tergiversó los hechos creando un relato para hacerse víctima; y a los policías y militares, victimarios. Así como se dice que la justicia tarda pero llega, también la historia se toma su tiempo para demostrar que hay relatos tergiversadores de los hechos. El 30S lo fue. Solo fanáticos y tontos pueden creer que aquel acto de soberbia y prepotencia puede ser comprendido como un “golpe blando” contra la RC. La estupidez de la izquierda corrupta de la ‘robolución’ ciudadana ha sido siniestra.