Natasha Enríquez y Juan Henríquez, aprovechando la modalidad ‘All you can eat’ de Resaca Bar

Guayaquilenos se dieron un gran festin antes de la veda

El mismo escenario se repetía en distintos puntos de la ciudad. Ollas humeantes de cangrejo recién hervido se servían sobre una mesa atiborrada de comensales muy ansiosos.Cangrejales, restaurantes y hogares particulares aprovecharon el último dí

El mismo escenario se repetía en distintos puntos de la ciudad. Ollas humeantes de cangrejo recién hervido se servían sobre una mesa atiborrada de comensales muy ansiosos.

Cangrejales, restaurantes y hogares particulares aprovecharon el último día de venta de cangrejo, previo a la veda por reproducción, para preparar y comer el tan apetecido crustáceo.

Eran aproximadamente las 20:30 en el mercado Caraguay cuando John Espinoza vendió su tercera plancha. “Aquí siempre es bastante concurrido, pero hoy por ser último día como que la gente se ha alborotado”, explica mientras vocea su mercadería: “¡A $ 40 la plancha de pata gorda... Venga que sí hay!”.

No había un puesto desocupado en el puerto de la lonja y esto era bien visto por los clientes, que en muchos casos iban en familia a hacer las compras, pese a ser una hora atípica. “Cuando hay bastantes vendedores es mejor porque uno puede elegir entre las ofertas”, comentó un ama de casa que no quiso identificarse por temor a hacerse famosa, según dijo entre risas.

Río arriba en una zona más céntrica de la urbe (Malecón y Junín) está Resaca Bar, bastante popular entre los amantes del cangrejo. El lugar es administrado por el ecuatoriano Carlos Franco y el venezolano Agustín Bezara. Ellos manifestaron que además del crustáceo, cuentan con un amplio menú lleno de mariscos para deleite de su clientela, por lo que durante la veda buscarán reforzar las promociones.

Para Bezara, la calidad del producto es fundamental, por lo que alternan de proveedores constantemente, con el propósito de obtener siempre el marisco más fresco.

Ya en Los Ríos y Pedro Pablo Gómez, sector tradicional para la venta de cangrejos, el panorama era habitual: un lleno total en cualquiera de los locales a escoger, llamativas ofertas y música a todo volumen.

“Pese a que es lunes, la gente está aquí desde temprano. Es que ya saben que mañana es veda”, indicó Javier Cuesta, administrador de Ochipinti Jr. Él añade que mientras dure la veda cerrará sus puertas y aprovechará para descansar por todos los fines de semana laborados.