Cuando Olmedo, Antepara, Roca, Villamil y otros líderes crearon esta consigna, sabían bien su sentido íntimo y profundo. Fue y seguirá siendo grito de combate, tarea sociopolítica, objetivo histórico, visión estratégica y tarea final del proceso-programa de construcción de la nación. Supieron que era (contra las mofas de Bolívar de que un “puerto, un río y un cerro no hacen una nación”) proyecto económico, social, político e ideológico, etc., que los próceres crearon y concretaron para que la socioeconomía y geopolítica tanto de la ciudad-puerto, como de la región (Provincia Libre de Guayaquil abarcaba todo el litoral) sea parte inescindible de una creación geopolítica interregional que abarcaba sierra, Amazonía y Galápagos. Este es el verdadero sentido profundo e histórico del grito-consigna-tarea. Por esto los guayaquileños del proyecto independentista y libertario crearon el batallón “Unidad protectora de Quito”. Así las distintas localidades de la provincia: Yaguachi, Babahoyo, Baba, Vinces, Portoviejo, reprisan la acción de Guayaquil.

La visión y objetivo fue crear la nación desde lo local, uniendo lo intrarregional para ir hacia lo interregional, para su concreción. Esto siempre estará presente en esa consigna. Y esto -a despecho de los centralistas dogmáticos y sin visión estratégica e histórica de nación- fue lo que llevó a la larga, dolorosa, costosa y sangrienta marcha que desde Guayaquil llevaría en 20 meses la victoria al Pichincha. Esto lo comprendió bien Sucre, por eso le envió carta y agradecimiento a Olmedo.

Debido a ello, entre la lista de centenares de muertos en los combates de octubre de 1820 a mayo de 1822 hay nombres de montuvios, mestizos, gran cacao, comerciantes y aguerridos guayacos que llevaron la libertad de la costa hacia la sierra.

Por esto es que en la consigna Guayaquil por la patria se crea, concreta y vive el sentido de nación que originó el Octubre revolucionario de 1820.

Es la consigna de unidad, construcción y concreción de la nación. Es objetivo estratégico, visión histórica de los guayaquileños. Es la misión, local-regional-nacional de los próceres que debemos cuidar como un valioso legado histórico.

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