Guayaquil, ciudad montuvia

Hablar de Guayaquil es hablar de la historia y el desarrollo como el de otras ciudades de Hispanoamérica, sencillas fundaciones españolas que se transformaban en caseríos, lugares estratégicos, con el ánimo fijar puntos de avanzada para la exploración y conquista. Guayaquil, por su privilegiada ubicación geográfica se ha convertido en ciudad cosmopolita y motor del desarrollo agroindustrial, agroexportador, comercial y político de Ecuador. Como ciudad-puerto influenciada por grandes ríos navegables que penetran el Litoral cultivable, con salida al mar a una intrincada red de canales marinos navegables, se puede arribar a ella con carga preciosa de origen agropecuario y comercializarlos y exportarlos. Atrae a partir del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX importante migración española, italiana, china, libanesa, siria, palestina. Los proveedores de materias de potencial comercial fueron desde esos tiempos los montuvios. Desde el siglo pasado era común verlos vestidos con cotonas blancas arribando en embarcaciones de todo tamaño al Malecón o por los esteros, cargados con maderas finas, arroz, tagua, paja toquilla, frutas, cacao, entre otros, que eran reembarcados a Europa preferentemente. La base de la economía en la ciudad era generada por los montuvios, podemos decir que la mayor parte de las importantes familias guayaquileñas de hoy son de origen montuvio. Hoy la base de economía de la ciudad se mantiene gracias al potencial agroproductor, agroindustrial, agroexportador, es decir gracias a la laboriosa acción de hombres y mujeres montuvios, forjadores de riqueza nacional.

Pedro Pablo Jijón Ochoa