Medidas. La tarde de ayer, policías del circuito Urdesa realizaron operativos a lo largo de la Víctor Emilio Estrada.

Guayaquil se blinda

Interior sumará 500 policías, mientras que el Municipio promete iluminación y colocar más cámaras. En Urdesa, los dueños de locales sufren pérdidas.

Estadísticas vs. percepción. Ese es el principal dilema al que se enfrentan los moradores y comerciantes de Urdesa central cuando, luego de que el dueño de un local ubicado en Víctor Emilio Estrada y Jiguas fuera asesinado el pasado lunes tras un robo, la policía les siga diciendo que las cifras delictivas del sector son cada día más bajas.

Sin embargo sus negocios han sufrido pérdidas (ver subnota) y los vecinos de la zona, una de las más emblemáticas y carismáticas de la urbe, consideran que la ciudadela se ha vuelto invivible, como lo mencionaron en días pasados en EXPRESO.

El ministro del Interior, César Navas, reconoce que Guayaquil es la ciudad con mayor índice delictivo, pero ayer, durante la presentación de un balance quincenal, mencionó que el número de delitos con relación al año pasado ha disminuido en un 3 %. “No estamos diciendo que no existen robos ni homicidios ni asesinatos, estamos diciendo que estamos trabajando y que están disminuyendo los indicadores”, recalcó.

Frente a los últimos casos y a la característica delictiva que afectan no solo a Urdesa, sino a otros barrios y sectores de la ciudad, el ministerio ha tomado la decisión de sumar 500 efectivos a los 7.400 que ya cumplen sus servicios en Guayaquil. Los policías llegarían a finales de octubre.

El objetivo del incremento de personal es reforzar los operativos que la Comandancia pretende realizar en otros sectores de la ciudad, aparte de los que ya ejecuta en sectores intervenidos como en el sur y en Esteros.

El gobernador del Guayas, José Francisco Cevallos, va más allá y aspira a que con la aprobación de la ordenanza que regulará la circulación en motocicletas, los delitos disminuyan aún más.

“El tema de la seguridad depende de un trabajo en conjunto con los demás organismos. No es posible que el sujeto que asesinó al comerciante no haya sido procesado por intento de homicidio cuando le disparó a un policía hace varios años. Esas son fallas que se deben solucionar”, indicó.

No obstante, estas no son las únicas medidas. Y es que si bien el Municipio de Guayaquil analiza en conjunto con esta entidad la ordenanza, también prevé frenar el problema incrementando cámaras (por ahora) en Urdesa e interviniendo el sector, como se lo hizo hace casi tres meses en Las Peñas.

“La ATM, la Intendencia, la Policía, todos nos unimos para hacer de este espacio un lugar más seguro. Antes no lo era. En Urdesa hay locales que se ven mayormente expuestos, entonces allí podría caber una estrategia conjunta con las autoridades. No lo descartamos”, precisa Jorge Rodríguez, vocero municipal.

Entre otras medidas consta además colocar iluminación led, que mejora hasta tres veces las luminarias actuales, en la calle 9 de Octubre y la avenida de las Américas. “La oscuridad es la cómplice perfecta para que ocurra todo esto”, dice, al asegurar que el Cabildo no descarta llevar esa medida al malecón del Salado, donde se encuentra el espacio cultura La Bota, otro ícono turístico de la ciudad.

También está en análisis el plan de incorporar agentes civiles de turismo que sirvan a los viajeros, que les hablen de los atractivos de Guayaquil, pero al mismo tiempo los asistan cuando sean asaltados o sufran una mala experiencia.

Cuatro días de ventas bajas en los negocios

El asesinato cometido en Urdesa continúa afectando a los negocios. El pasado miércoles en una nota publicada por este Diario, decenas de propietarios de los establecimientos que se encuentran en la Víctor E. Estrada, la calle principal, la de más vida en el sector, aseguraron que sus ventas habían bajado tras lo sucedido.

Al menos los dueños de restaurantes y cafeterías tenían la esperanza de que el impacto dure poco, unas cuantas horas, “a lo mucho un día más”. Sin embargo, hasta ayer el panorama era el mismo, incluso peor, a decir de Sergio Zúñiga, administrador de STAV Pollo Horneado, ubicado en Víctor E. Estrada y Jiguas.

“Desde el asesinato de nuestro vecino, casi nadie viene a comer. Abrimos a las 10:00, pero no tenemos clientes hasta las 20:00, cuando nos llega apenas un par”. La inseguridad del sector está acabando con todo, coincide Emilia Castro, propietaria de un comedor en el que asegura no vende ni el 30 % de los platos que cocina.

En SRI Than, un restaurante fusión de comida ecuatoriana e india, se vende apenas $ 40 de los $ 200 que obtenían a diario. “Hasta hace una semana cerraba mis puertas a las 23:00. Como la gente no está pasando ni siquiera por aquí, lo hago a las 20:00. La situación me preocupa”, precisa Prasad Kalau, dueño del negocio.

Ante esto, los comerciantes piden a las autoridades intervenir de forma urgente. Solicitan mayor resguardo, vigilancia permanente, la prohibición de que dos personas circulen en una moto y más comunicación con ellos.