Por Guayaquil bicentenario

Después de una discriminadora dominación de casi tres siglos, las élites guayaquileñas, de chapetones, criollos o mestizos, decidieron liberarse de las trabas que les imponía la metrópoli al libre comercio y a la extorsión que sufrían por parte de los comerciantes limeños en el comercio cacaotero. Pero el 9 de Octubre de 1820 fue eso y más, como libertad de prensa, creación de la República Libre de Guayaquil y su Constitución escrita, desconocimiento de la esclavitud, etc.

Doscientos años después, en la segunda década del siglo XXI, la ciudad puerto es la urbe más poblada del país, un crisol donde se funden poblaciones de las 23 provincias y los descendientes de extranjeros de la región, como de ultramar; y el más grande puerto marítimo, que concentra alrededor de 70 % del comercio internacional. Aunque ha perdido, por diferentes causas, varios de sus antiguos atributos, continúa siendo una localidad acogedora y laboriosa.

Durante el siglo XX, y hoy, Guayaquil se reconfirmó como centro primado-metropolitano en la red urbana nacional, lo que le permitió diversificar sus funciones urbanas como ciudad comercial de acogida y de tránsito de la producción primaria exportable del litoral y cuna de la agroindustria. En su hipertrofiado proceso urbano se destacó el crecimiento de conurbaciones que hicieron que el tejido urbano se salte límites y competencias político-administrativos, que señalan la existencia de una situación de metropolización no reconocida por el derecho urbano ni las autoridades locales respectivas. Este hecho urbano se dispara en varias direcciones, de manera tentacular, a territorios de Durán, Samborondón, Daule, Yaguachi y Nobol. La trama urbana metropolitana conformó modalidades inmobiliarias como urbanizaciones, lotizaciones, áreas de reserva, haciendas, zonas periurbanas, que constituyen los sectores de crecimiento más dinámicos de la aglomeración y tierras de “engorde” (valorización) para los mercados del suelo y la vivienda. A ello se agregaron, como modelo del urbanismo guayaquileño, iniciativas viales estatales e inversiones privadas en ‘malls’ y promoción inmobiliaria.