La grasa concentrada en ciertas partes de su cuerpo pueden llevarlo a tener mayor riesgo de sufrir de cáncer de próstata agresivo.

La revista especializada de la Asociación Americana del Cáncer publica un estudio que va un poco más allá de lo que habían mostrado anteriores investigaciones.

Este trabajo revela que si esa grasa se deposita en gran volumen en el abdomen (donde rodea los órganos) o en los muslos (debajo de la piel), las posibilidades de tener este tipo de cáncer aumentan.

Lo que aún no se conoce es qué causa que esta distribución provoque una afectación directa, pero los investigadores indican que el hallazgo es importante para comprender cómo la obesidad contribuye con esta enfermedad agresiva.

Este mal afecta en mayor medida a las personas de más de 50 años. Se recomienda, a partir de los 45, someterse a pruebas para verificar su estado de salud, como exámenes de sangre para medir el nivel de PSA (antígeno prostático específico) y la realización del tacto rectal. Estos chequeos son clave, pues en la etapa inicial la enfermedad no presenta síntomas.

El 11 de junio pasado se conmemoró el Día Mundial contra el Cáncer de Próstata. En Ecuador, este se encuentra entre los cinco tipos de cáncer con mayor incidencia entre los hombres en Guayaquil, según registros de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca).