
Las grandes cicatrices que marcan al Delfin
El hecho. El Ministerio del Ambiente aprueba el monitoreo de los delfines en el sitio cercano adonde la dubaití DP World construye en puerto de aguas profundas de Posorja.
La construcción del puerto de aguas profundas, cuestionado por quienes creen que en Ecuador se está creando una burbuja portuaria: gran infraestructura y poca carga, trae consecuencias también para mamíferos más sensibles y juguetones del planeta, los delfines.
Tras la denuncia de las comunidades de Puerto El Morro (parroquia de Guayaquil) sobre los daños a los manglares, a los recursos que estos albergan, a la pesca que se ahuyenta por la turbidez del agua y el ruido, los voceros de DP World Posorja, que construye el puerto, se acercaron a ellos y les prometieron un estudio de los delfines, que se estaban ahuyentando por los trabajos de construcción de los muelles y de un canal de acceso.
Lo reportó EXPRESO hace meses y luego de ello ejecutivos de la compañía dubaití se acercaron y propusieron el monitoreo de los delfines con dos prácticas: lanzamiento de dardos para tomar muestras de su tejido y su grasa, y colocación de sistemas de rastreo satelital. Lo primero ya se hizo y causó decepción en la comunidad científica.
“La evaluación inicial sobre los animales que fueron biopsiados en Posorja y Puerto El Morro, en mayo pasado por personal de la Fundación Ecuatoriana para el Estudio de Mamíferos Marinos (FEMM), muestra que hubo un animal que fue disparado dos veces, uno que fue disparado tres veces y al menos cuatro, una vez”, señala un defensor de estos mamíferos, Ricardo Cattán.
Las heridas son tan grandes que han pasado dos semanas y no terminan de cicatrizar, con el riesgo de que se infecten.
Entre los animales afectados hay una hembra adulta y dos animales inmaduros. Las cicatrices muestran que algunos de los animales fueron disparados desde arriba, esto es, a menos de un metro de distancia del bote. “Ha habido un absoluto irrespeto por los animales, se ha contravenido normas técnicas y éticas de investigación”; el Ministerio de Ambiente y FEMM deben responder por esto, indicó Fernando Félix, del Museo de Ballenas de Salinas.
EXPRESO conversó con Ben Haase, director del museo de Ballenas en Salinas y experto en cetáceos: “Colocar un chip para hacerles seguimiento o disparar dardos con el objetivo de tomar muestras a delfines traerá como resultado que el animal se estrese y en el peor de los casos emigre”.
Explica que existe una diferencia entre la conservación y la investigación con fines de conservación, pero para esta última práctica existe un código de ética que debe seguirse en los estudios que se realizan a los animales.
El Ministerio de Ambiente fue advertido en su momento por investigadores del Museo sobre las consecuencias que podría acarrear la autorización de una investigación invasiva en los delfines de Puerto El Morro y de Posorja que otorgó a la Fundación Ecuatoriana para el Estudio de Mamíferos Marinos (FEMM).
No obstante de ello, “el Ministerio de Ambiente autorizó dicha investigación que consiste en dispararle flechas con puntas de biopsia para tomar muestras de 3 centímetros de tejido graso y músculo de los delfines. Ahora comenzamos a ver las consecuencias”, añadió Félix, investigador con 30 años de experiencia en delfines y ballenas. En un monitoreo del sábado 9 de junio de 2018, los investigadores del Museo de Ballenas fotografiaron a un delfín con dos orificios de unos 3 centímetros de diámetro en su parte dorsal, cuyas heridas estaban aún abiertas después de días de haber sido causadas, por lo que representan vías de ingreso para infecciones bacterianas o fúngicas (hongos).
Dardos, un método “caduco”
“El investigador holandés Ben Haase, con 33 años en Ecuador, señala que pudieron utilizarse otros métodos como la observación en su hábitat tomándoles fotos y así poderle hacer un rastreo, eso de causarle ciertas heridas a cualquier animal no es bueno.
En otros lugares donde se utilizó procesos similares terminaron afectando a los animales. “Ocasionar una lesión en su piel tan solo de un centímetro le ocasiona un gran impacto; dispararles dardos es muy grave, “imaginemos que las heridas producidas no sanen, el animal se infectará y morirá”. Considera que el Ministerio del Ambiente debe tomar correctivos.
Recomendó que ahora se deberá hacer un sondeo a los mamíferos que se les tomó las pruebas para conocer su afectación y “ojalá que no mueran”. Explicó que una metodología para hacer pruebas a delfines es tomar muestras cuando se los encuentra muertos en la orilla de la playa.
Esta población de cetáceos viene siendo estudiada desde hace tres décadas por Fernando Félix y Ben Haase. Aseguran que en los últimos años ha empezado a disminuir la población por varios factores. Hay 50.
La afectación
Sin Preparación
Si una herida, dice el Museo de los Delfines, como se supone debía ser, era ya una innecesaria agresión a los delfines, dos heridas causadas por error en un mismo animal demuestran que quienes realizaron el trabajo no estaban preparados y no les importó causar heridas innecesarias.
La hembra
Fernando Félix explicó al Ministerio las razones por las cuales no se debió haber autorizado esta investigación. Preveía cosas como estas. Las heridas abiertas suben el riesgo. Una afectada es una de las dos únicas hembras reproductivas en Posorja, donde hay una población de apenas veinte.