
Gobierno escogió a su nuevo antagonista para el mandato
El régimen Noboa tiene a la Corte Constitucional en la mira. En las manos de los jueces está el futuro del proyecto político
Las primeras semanas del nuevo mandato del presidente Daniel Noboa, que inició en mayo, se han caracterizado no solo por su insistencia en enfrentar a los grupos de crimen organizado en el contexto del conflicto armado interno, sino también por la aparición de un nuevo antagonista: la Corte Constitucional.
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La Corte Constitucional, en la mira
Tras la aprobación de sus leyes económicas urgentes enviadas a la Asamblea Nacional, una lluvia de demandas de inconstitucionalidad ha obligado al Gobierno a prestar especial atención a los jueces constitucionales y a la posibilidad de que dichas normas sean anuladas total o parcialmente.
Así lo han dejado ver los ministros José De La Gasca (Gobierno), Gian Carlo Loffredo (Defensa) y John Reimberg (Interior), quienes en diversas apariciones públicas han subrayado la importancia de que la Corte se “sintonice” con los verdaderos problemas de la ciudadanía.
Este antagonismo -comparable, según analistas, con el que se mantiene con los grupos de delincuencia organizada- comienza a perfilar un panorama no solo de desgaste institucional para la Corte Constitucional, sino también de preparación para escenarios más complejos, como el referéndum anunciado por el Ejecutivo.
“El temor que podría tener el Gobierno es que las preguntas de la posible consulta de diciembre sean contradichas por la Corte Constitucional y esta intente deslegitimarlas. Es generar un enemigo antes del conflicto”, comenta el constitucionalista y docente Esteban Ron.
Aunque afirma que la Corte no es un contrapeso político, Ron sostiene que su rol es vital para los planes del poder de turno: “No conviene pelearse con ella. No puede tomar represalias, pero, por ejemplo, fue laxa con Noboa en la consulta popular de 2024 y luego estricta con los estados de excepción”.
Más allá de las simpatías del Ejecutivo, el constitucionalista José Chalco hace hincapié en que la Corte Constitucional es esencial para mantener vigente el Estado de derecho y hacer prevalecer la Constitución por encima de los intereses del poder de turno.
¿Frena o limita al poder?
“Nos guste o no, su rol sustancial es tutelar la vigencia del orden constitucional; es decir, de ese instrumento que frena o limita al poder”, acota, y recuerda que, aunque puede resultar incómoda, la Corte es un “órgano fundamental de la vida constitucional y democrática de un país”.
En ese sentido, y en contraste con lo que ha venido haciendo el Gobierno, Chalco sostiene que “lo correcto es entender al Estado constitucional, comprender los principios constitucionales y democráticos, y conocer el origen del concepto de República para evitar tensiones”.
Ron, por su parte, señala que, pese a los dardos lanzados por el Gobierno de Noboa hacia los jueces constitucionales, la Corte “es una institución fuertemente institucionalizada, con parámetros muy cerrados, que no se presta fácilmente al juego político”.
Chalco recuerda, además, que la Corte Constitucional fue renovada parcialmente recientemente, y que ahora hay jueces nominados por el propio Ejecutivo. Insiste en que, más allá de los planes del Gobierno, la “Constitución es un instrumento convocado justamente a limitar o frenar el poder. Así nacieron las constituciones en el mundo. De lo contrario, estaríamos hablando de un decreto ejecutivo, no de una Constitución”.