El valor de la generosidad

Seamos generosos. Una persona generosa es noble y desprendida, sabe compartir una demostración de afecto y cariño. La verdad es que todos podemos experimentar la felicidad ajena. Ser generoso es bueno para la salud, quienes ayudan a otros sufren menos malestares físicos y emocionales. La bondad y la generosidad no dejan lugar a sentimientos negativos. Los que no saben compartir llevan una vida aislada. Jesús dijo a sus discípulos “practiquen el dar y se les dará porque con la medida que ustedes midan se les medirá”. No existe un camión de mudanza atrás de un cortejo fúnebre, el mejor tesoro que dejemos como legado es el haber compartido con los demás.

Javier Valarezo Serrano