El futuro del Ecuador todavia luce crudo

No se puede tapar el sol con un dedo o solucionar la crisis petrolera con una sola medida. Esa es la conclusión de tres exministros de energía que repasaron los caminos del crudo ecuatoriano. El congelamiento de producción de Venezuela, Arabia Saudita, Catar y Rusia ayuda, pero es insuficiente, dicen.

Para René Ortiz, que también fue secretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), congelar la producción es solo regular la oferta, falta revisar la demanda. En el caso de Ecuador, asegura, hay claroscuros que dificultan ese paso.

Durante un conversatorio en la Cámara de Comercio de Quito, Ortiz preguntó cómo se fijaron, por ejemplo, las tarifas para las empresas petroleras que operan en el país. Él dijo que se presume que van de 30 a 40 dólares por barril extraído. Un mal negocio con el precio actual.

No es la única duda. Ortiz quiere saber cómo se asignó el campo Auca a la petrolera Schlumberger. ¿Cuáles son las condiciones del trabajo conjunto con Petroamazonas? No hay respuestas, recalcó.

El exministro Jorge Pareja Cucalón, presentó, en cambio, alternativas para el Gobierno. Una de ellas, buscar empresas que encuentren nuevas reservas.

Para 2020, anotó, el precio del crudo se estabilizará (en unos 50 dólares) y es necesario tener que vender. Caso contrario, explicó, Ecuador seguirá sin ser un país petrolero. Ahora es un país que tiene petróleo. Gran diferencia, destaca.

Con él coincidió el otro invitado del foro empresarial, el jueves en Quito, Fernando Santos Alvite. El experto añadió cifras a la discusión.

Según sus datos, Ecuador tiene gastos de 7.000 millones de dólares por las empresas petroleras. Petroamazonas y Petroecuador se llevan 3.000 millones y 2.500 millones de dólares, respectivamente. Las compañías privadas reciben los restantes 1.500 millones.

El monto llama la atención porque, explicaron los tres invitados, los ingresos petroleros no tienen su mejor momento. De los 530.000 barriles, según los cálculos de Santos, unos 360.000 van a consumo interno. Por ejemplo, la producción de derivados.

Con las preventas a China y Tailandia y otros gastos operativos, el dinero que queda al año es de 1.200 millones de dólares. Es decir, entre los 7.000 millones de las empresas petroleras y los 1.200 millones del resto en las cuentas nacionales hay un déficit de 5.800 millones, contabilizó Santos. Para estabilizar las cuentas, asegura, se necesita un barril de $ 80.