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“El fútbol vive una urgencia por recuperar las inversiones”

Juan Carlos Burbano. Mundialista con Ecuador en 2002, también dirigió al primer plantel de El Nacional y ha liderado proyectos en divisiones formativas. Fue profesor universitario.  

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Juan Carlos Burbano fue undialista con Ecuador en 2002.ARCHIVO / EXPRESO

El fútbol mundial se enfrentó a la peor crisis de los últimos años. La paralización por cinco meses mermó el poderío económico de esta industria y obligó a la mayoría de clubes a replantearse para sobrevivir. Sin embargo, la élite sigue siendo una burbuja donde los millones de dólares se mantienen en el aire. La brecha, por lo tanto, es cada vez más grande entre los chicos y los grandes del mundo. En el Ecuador, este fenómeno se combinó con una crisis institucional que deja mal parada a la selección previo al inicio de las eliminatorias al Mundial de Catar.

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¿Cuál es la situación real del fútbol mundial tras la paralización por la pandemia?

De urgencia. Los clubes tienen que recuperar el tiempo y las inversiones. Debió ser muy difícil estar sin ingresos durante cuatro o cinco meses. Ahora volvieron ingresos por televisión y alguna publicidad, pero siguen sin contar con la taquilla, que es otro rubro fuerte. Los clubes sienten esa necesidad de jugar inclusive los torneos internacionales porque en caso de clasificar aseguran nuevos ingresos. Las federaciones también iniciarán torneos a escala de selecciones porque sin duda es necesario.

¿Cuánto tiempo cree que el fútbol mundial vivirá esta situación económica?

Hasta que haya normalidad y exista una economía dinámica nuevamente. Puede ser cuando el público vuelva a los estadios. Y eso será solo cuando pase todo esto y exista una vacuna.

Hay una máxima que dice que las crisis también generan oportunidades o innovaciones. ¿Cuáles aparecieron en el fútbol?

Desde el punto de vista familiar fue una gran oportunidad para que los futbolistas pasen en casa y compartan cosas pequeñas como hacer deberes con los hijos o ayudar en las actividades de rutina. La familia se unió más porque en condiciones normales no se daba. En lo tecnológico también hubo un salto. Ahora hay opciones virtuales que ayudan en los controles para los deportistas. Con eso hay una nueva dinámica para el trabajo. Los chicos de las formativas sufrieron un duro golpe porque no hay competencias, pero pueden aprovecharlo en el aspecto académico y tomar cursos de inglés, mecánica. En fin, hay ventajas en toda situación. Inclusive para la naturaleza, que respiró un poco.

Estamos fuera de lo normal cuando hablamos de esas cifras (700 millones) por más que sea Messi, el Barcelona y el fútbol en sí. El mundo tiene necesidades más importantes.

¿En medio de toda la crisis generada en el fútbol mundial se puede hablar de 700 millones para la salida de Lionel Messi del Barcelona y un contrato de 500 millones en el Manchester City?

Estamos fuera de lo normal cuando hablamos de esas cifras, por más que sea Messi, el Barcelona o el fútbol en sí. A veces las cifras que se manejan en este deporte son exageradas. El mundo tiene necesidades más importantes. En el país también se han dado cifras fuera de la realidad. Deberíamos respetar al entorno porque este tipo de cosas generan críticas. Dicen que se paga tanta plata solo por patear a la pelota, pero es una profesión digna, de mucho sacrificio, esfuerzo y dura muy poco. Merece una remuneración, pero sí creo que debería regularse.

Las grandes cifras se siguen manejando en Europa. ¿Cree que esto abrirá mucho más la brecha con el fútbol de América?

Europa es otro mundo, tiene otros presupuestos y otra filosofía. Hay una estructura muy bien establecida, que permite a los clubes contar con ventajas económicas. La pandemia afectó más por acá.

El fútbol perdió cerca de tres mil millones de dólares mientras estuvo paralizado. La FIFA y los organismos continentales han buscado la forma de ayudar, pero la única manera real de tener ingresos es jugando.

¿Dónde está parado el fútbol ecuatoriano dentro de todo lo que está sucediendo?

Hemos retrocedido. En la época que clasificamos a los mundiales dimos un salto importante hacia adelante. Pero, cuando no se refuerzan esas bases se pierde un poco la brújula. Uno debe tener claro el camino y me refiero a la disciplina, al profesionalismo, al amor al fútbol. Son cosas que no se deben perder. Está bien que se gane dinero porque la gente necesita, pero si solo pensamos en el dinero y no en el sentimiento hacia la camiseta, al estar en una cancha, el gritar un gol o escuchar el Himno Nacional, sin duda se pierde la brújula. En ese sentido hemos retrocedido mucho.

¿Cuál es el balance entre sentimiento y la preocupación por el dinero?

Siendo práctico, a la misma altura. Ojalá pudiera estar el sentimiento encima de lo material porque a la larga lo primero atrae a lo segundo. Cuando haces algo con amor tendrás una recompensa, eso es seguro, pero si solo lo haces pensando en el dinero todo se vuelve más frío, como si solo interesara cumplir lo básico y ahí no se destaca. Este tipo de cosas se deben implementar en las divisiones formativas.

Hemos retrocedido (con la selección). En la época en que clasificamos a los mundiales dimos un salto importante hacia adelante. Pero cuando no se refuerzan las bases se pierde la brújula.

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¿Cuánto afectará a la selección todo lo que sucedió durante la paralización, como la salida del cuerpo técnico de Jordi Cruyff, el intento de cambio en el directorio y la reciente conformación del equipo de Gustavo Alfaro?

Hemos dado ventaja. Es cierto que nadie pudo entrenar durante la paralización del fútbol, pero las otras selecciones ya tienen proyectos encaminados. Nosotros empezamos desde cero. No hay la base de un equipo. Tenemos buenos jugadores pero será como empezar un camino en plena eliminatoria.

¿Cómo se reduce esa ventaja?

Con trabajo en conjunto. No queda más. Los jugadores tienen que dejar de lado cualquier cosa individual y apelar a lo que se busca: recuperar la imagen de la selección a escala local e internacional.

Desde que usted jugaba, ¿cuánto cambió el fútbol?

En el fútbol actual la clave es la velocidad. Por un lado la técnica en velocidad es la que marca diferencia física. La velocidad mental también es vital para marcar diferencia futbolística. Ahora no hay tiempo para el control, dar una vuelta y elegir el pase, ahora hay que resolver eso en medio segundo. Por eso adquiere mucha importancia la preparación física y el cuidado del jugador. Hay que estar mucho más preparados.

¿Qué queda de la llamada era romántica del fútbol, esa que tenía tantos cracks y que eran considerados como mejores con relación a los actuales?

Decir Alberto Spencer, Polo Carrera, Pibe Bolaños, sin duda emociona. En esa época el regionalismo impidió que la selección consiga grandes cosas. Eran personas que tenían un trabajo normal, un sueldo normal, estudiaban en colegios normales, pero entraban a la cancha y la defendían con gloria. Antes había una mayor relación con el club, los jugadores se quedaban 10, 15 años en el mismo equipo. Ahora es más difícil generar esa fidelidad con los planteles.