Experiencia. Luego de anotar el gol, Damián Díaz se lo ofreció a la barra amarilla que estuvo ayer en el Jocay. El gesto populista del Kitu tuvo como finalidad reconciliarse con la afición, luego de lo sucedido en la Copa Sudamericana.

El futbol le dio su revancha al Kitu

Barcelona llegó al Jocay de Manta presionado, luego de la debacle internacional y consciente de que debía enfrentar a Delfín, equipo al que no pudo vencer en la temporada anterior.

Barcelona llegó al Jocay de Manta presionado, luego de la debacle internacional y consciente de que debía enfrentar a Delfín, equipo al que no pudo vencer en la temporada anterior.

El Ídolo debía reivindicarse ante su gente. Y lo consiguió. Luego de 90 minutos sumamente peleados, Damián Díaz, uno de los más criticados, resolvió un partido en el que el triunfo era obligado.

La acción del Kitu no solo significó el 0-1 para los toreros, sino una victoria que los reconforta, tras una semana complicada, y que les permite mantenerse como escoltas del Bombillo, alejándose de Independiente del Valle y Liga de Quito.

El triunfo, además, llegó con variantes en la alineación, como la hinchada venía pidiendo. Una de las alternativas que presentó Guillermo Almada para contrarrestar el mal momento que vive el club fue modificar dos bloques específicos.

Alternó la delantera, con el objetivo de generar más acciones de peligro ante el bajo nivel de Nahuelpán y Díaz en el inicio de año. Apostó por Juan Dinenno y Érick Castillo, y ambos aportaron con mayor movilidad, aunque sin acierto.

También modificó la dupla de volantes centrales, pero allí no tuvo resultados positivos. Oswaldo Minda y Gabriel Marques fueron los elegidos por el técnico, pero sus características futbolísticas no les ayudaron. Ninguno pudo generar juego y en la gran mayoría del compromiso se quedaron replegados en su área, permitiendo que los cetáceos llegasen con facilidad, situación que los condenó a caer en el juego brusco constantemente, regalándole tiros libres al rival, algo que complicó mucho al Ídolo y permitió a Delfín ser protagonista la mayor parte del primer tiempo.

La Tuka Ordóñez fue un constante dolor de cabeza para Darío Aimar y Luis Caicedo, hasta que salió lesionado.

Ya en la segunda mitad, Barcelona desesperaba y avisaba una posible reacción con despuntes individuales. La profundidad de Byron Castillo y la velocidad de Érick Castillo fueron sus únicos recursos, aunque el partido pedía cada vez más la pausa y calidad de Díaz.

Así lo entendió Almada y sacó a Marcos Caicedo, quien nuevamente decepcionó, especialmente en los cobros de los tiros libres.

La mejoría fue inmediata y tras un centro de Byron Castillo, el Kitu Díaz convirtió el ansiado gol. Lo gritó con rabia, se fue a la tribuna para festejar con la barra y quitarse la presión de las críticas.

Lo que dejó el partido

‘Culebra’ todoterreno

Érick Castillo es un jugador que trabaja en silencio. Ayer comenzó como enganche y cumplió. Luego de la lesión de Byron Castillo, el técnico Guillermo Almada lo ubicó como lateral derecho y lo hizo bien.

Abuso en la reventa

Previo al partido se produjeron algunos incidentes, porque los revendedores acapararon los boletos y los ofrecían a costos muy elevados, especialmente para general. La Policía tuvo que poner orden.