La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, dijo ayer a una radio argentina que se mantendrá en su cargo “para defender la democracia” y que desconocerá toda decisión del Tribunal Supremo de Justicia sobre su eventual destitución como chavista crítica del presidente Nicolás Maduro.

“Voy a mantenerme firme en mi cargo para defender la democracia”, dijo Ortega Díaz, quien calificó de “ilegítimos” a los magistrados que tienen a cargo su proceso y aseguró que desconocerá “cualquier decisión” que tome ese tribunal.

La fiscal, confesa chavista que rompió con el gobierno de Maduro hace tres meses al denunciar un quiebre constitucional en Venezuela, está enfrentando un proceso por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de su país.

El TSJ anunciará hoy su decisión, luego de la audiencia celebrada hace una semana en la que el oficialismo señaló a Ortega de mentir en afirmaciones contra los magistrados.

La suerte de Ortega se decidirá en medio de una convulsión social y política por las protestas opositoras, que dejan 93 muertos desde el 1 de abril.

Los dos últimos fallecidos son un joven de 16 años, Rubén Darío González, quien murió el lunes en el estado de Carabobo durante una manifestación; y el candidato a la Asamblea Constituyente, quien recibió varios disparos en la ciudad de Maracay.

Como parte de los incidentes del lunes, en Caracas, siete miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) resultaron heridos al ser alcanzados por un explosivo durante una protesta antigubernamental.

Un vídeo difundido en Twitter por el ministro de Información, Ernesto Villegas, muestra cómo un artefacto explosivo estalla en medio de una columna de agentes motorizados que avanzaban por un sector del este de la capital venezolana. La explosión provocó una gran llamarada seguida de una nube de humo e hizo caer a algunos de los militares motorizados.

Casualmente, el Parlamento venezolano suspendió la sesión que tenía prevista ayer debido a que la GNB impidió la entrada de los medios de comunicación a la sede del Legislativo, en el oeste de Caracas, lo que diputados opositores tildaron de acto de censura.

El rechazo al chavismo se manifiesta también en el extranjero. El embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Rafael Ramírez, fue increpado en un exclusivo restaurante de Nueva York por una pareja al grito de “¡asesino!”, y su acompañante denunció a la policía que fue mordida en el brazo.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se sumó a las voces en contra de la Constituyente y pidió a su homólogo Nicolás Maduro desmontar la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Agencias