Fidel: La oportunidad de libertad de Cuba
H a muerto un asesino despiadado que se apropió de bienes y vidas cubanas y venezolanas y que consiguió parcialmente someter a otros pueblos a través de tiranos que tuvo a su servicio.
Es una hipocresía decir que, por aquello del cristianismo, no se debe uno alegrar por la muerte de dictadores por más sangrientos que sean, permitiéndose sin embargo demostrar felicidad por la oportunidad de libertad que le deja a sus oprimidos pueblos.
Yo celebro su muerte con aplausos ensordecedores, debió haber ocurrido mucho antes. Mi condición de ateo no me permite solazarme imaginándomelo en el infierno.
Jaime Vernaza Trujillo