Ficciones de la democracia
En las monarquías teocráticas, Dios elegía a los reyes a través de los profetas.
Los que inventaron la democracia y el sufragio le hicieron creer a la gente (con refrán incluido) que su voto ahora era la voz de Dios y que los presidentes electos serían sus “mandatarios”, cuando todos sabemos que estos siempre han gobernado y gobernarán de acuerdo a sus ideologías e intereses políticos y económicos y nunca en función de sus electores.
Señor Director, las personas que llaman al pueblo “el soberano” o “el mandante”, ¿de verdad se lo creerán?
Miguel Ulloa Paredes