No muy feliz paquetazo nuevo

Atacada es poco. Así me despedí del año viejo y, con certeza muchos compartieron el mismo sentimiento ante la avalancha de paquetazos que nos lanzó el gobierno, vísperas de un larguísimo feriado.

Primero, el alza del sueldo básico de los trabajadores; una ofensa, en realidad parece burla. ¿$8? Algunos se creerán que son muy inteligentes porque lanzaron soberana indecencia antes de un feriado y pensarán que no habrá marchas en rechazo a esta insignificante alza. Pero no olviden que la voz del pueblo es la voz de Dios y, la voz de Dios son los trabajadores de una nación. Hay que repasar la historia y recordar que las verdaderas revoluciones, las justas, las han empezado los obreros.

Otra de infarto es el tema de la gasolina y el diésel. ¡A discreción! Ayer ni el viejo podía quemarse porque está carísima la gasolina. ¿Qué es eso de que el “mercado determinará el precio” de los combustibles? ¿Cómo nos pueden garantizar que no se verán afectados los precios de los productos de primera necesidad? ¿Cómo controlar a todos los transportistas que llevan víveres en camionetas a diésel a los mercados? Ya me veo haciendo colas interminables en la gasolinera que la ofrezca más barata.

Yo comprendo que todas estas medidas han sido tomadas como consecuencia del desgobierno de la década robada, pero no es justo que las secuelas las paguemos todos los ecuatorianos ajustándonos los cinturones y los corruptos ¡bien gracias!, disfrutando de lo robado, ellos o sus testaferros, o regresando a sus cargos públicos.

¿Por qué en vez de darnos todos estos paquetazos no anuncian que les van a confiscar los bienes de todos los testaferros (parientes), de quienes se llevaron al país en peso? A ver si algo recuperamos y no nos hacen pagar a nosotros, los ecuatorianos honestos, el dinero que estos ladrones se robaron en la década perdida.

Estimados lectores, como lo último que se pierde es la fe, en este inicio del nuevo año deseo que el gobierno cumpla su palabra y les quite todos los bienes mal habidos a todos los ladrones que saquearon a mi país.

¡Feliz Año Nuevo!