Ecuador enfrenta una siniestra industria de la falsificación de medicamentos. Opera hace años. Es una verdadera organización mafiosa y clandestina que atenta contra la vida de los ciudadanos, pues produce fármacos falsos, que no cumplen las normas de producción y que crean efectos negativos que amenazan la salud de quienes los consumen debido a sus dolencias.

Este negocio ilícito ha generado jugosos beneficios. Su accionar es “próspero”. En lo que va del 2017 se han decomisado 16 toneladas de diferentes tipos de medicamentos falsificados, los cuales han salido a la venta en un juego criminal que pone en riesgo vidas humanas.

Autoridades y agentes de control de fármacos en el país, así como la policía, han realizado operativos que han dado lugar a la constatación de que en el país existen más de 2 centenares de tipos de medicamentos adulterados. Señalan además que en el 2016 las denuncias fueron 11, mientras que en lo que va de este año ya se ha registrado 34. Las provincias con mayor número de fármacos falsificados son: Guayas, con 17 denuncias; Pichincha, con 5; Loja, con 2; Tungurahua, con 1 y el resto del país, con 8.

Sin embargo, hay un hecho paradójico: la lentitud de los procesos judiciales establecidos al respecto. Por ejemplo, solo dos personas han sido sentenciadas y condenadas, de los 146 indagados por este delito. La cifra asombra.

Los operativos realizados por las autoridades de control y por la policía han dado cuenta de cómo se ha combatido este flagelo. En consecuencia, es necesario asimismo, que las autoridades del poder judicial desplieguen una labor más firme, responsable, efectiva y consecuente con la labor realizada por la policía y por las otras autoridades gubernamentales, con la finalidad de cuidar la salud de la ciudadanía.

Ante estos hechos que han salido a la luz pública es necesario que las autoridades judiciales aclaren el porqué de la lentitud en el procesamiento de este tipo de delito, así como en el establecimiento de sanciones contra las mafias que falsifican medicamentos, lo que contrasta evidentemente con el esfuerzo desplegado por las autoridades y la policía para detener el avance de tan graves delitos contra la salud y la vida de los ecuatorianos.

Es preciso que se aclare y se explique al país por qué está sucediendo esto y qué van a hacer para resolverlo con prontitud.