Parque automotor. El tránsito del norte pasa por la av. de las Américas.

La falta de los puentes aumenta el tiempo y el costo del transporte

La urbe porteña tiene una constante diaria: las columnas de vehículos en las calles principales parecen interminables. Sucede en las horas pico. Y ocurre ahora en algunos puntos donde se reparte el tránsito que no puede circular por el cierre del puent

La urbe porteña tiene una constante diaria: las columnas de vehículos en las calles principales parecen interminables. Sucede en las horas pico. Y ocurre ahora en algunos puntos donde se reparte el tránsito que no puede circular por el cierre del puente que se desplomó frente a la universidad laica Vicente Rocafuerte, por efecto del temblor del pasado 16 de abril.

La evaluación técnica de los otros viaductos estableció que se cierren también los pasos elevados paralelos: el que se conecta con la calle Esmeraldas y el de Los Ríos. Por esta razón, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) estableció rutas alternas (ver gráfico) para la circulación vial.

Un equipo de este diario tomó la ruta desde la avenida 9 de Octubre y Esmeraldas hasta llegar a Plaza Dañín y av. de las Américas. El trayecto (de unos 3 km), que recorre la avenida Kennedy, av. del Periodista y llega hasta Plaza Dañín, toma unos diez minutos, después de la hora pico. Un tiempo mayor al que tomaría usar el paso a desnivel de la calle Esmeraldas.

Las rutas alternas que soportan el tránsito de los miles de vehículos que pasan a diario se congestionan por más tiempo. Recorrer la av. Pedro Menéndez Gilbert, por ejemplo, a las 11:30 con dirección hacia la av. Machala y 9 de Octubre (4,2 km), puede tomar 20 minutos en horario de las 11:30. Este recorrido normalmente se lo hace en 12 minutos.

A criterio del consultor en movilidad, César Arias, esta situación es el mayor problema para las ciudades, al no contar con este tipo de infraestructura: afecta al costo de operación de los vehículos, pues se deben recorrer mayores distancias, y al ser miles de vehículos los que van al mismo tiempo, el tránsito se congestiona, lo que incrementa el tiempo de circulación.

“Si calculamos que por cada kilómetro de recorrido se gasta un dólar, en el caso de aumentar el trayecto se incrementa el costo en unos cuatro dólares por vehículo. Por ese punto pasan unos 40.000 o 50.000 vehículos diarios”, dice Arias.

La situación se agrava porque la estructura que se desplomó y las que están cerradas están localizadas en los puntos más neurálgicos de Guayaquil, a donde confluye la circulación de norte-sur, norte-centro, y de sur-norte y sur-centro. Al estar cerrados e inhabilitados se forma una ‘garganta’ que complica el tránsito, explica el experto, quien considera que una de las opciones que se podría estudiar es abrir un paso circunvalando el estadio modelo, prolongando la calle Miguel H. Alcívar.

La vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, Ethel Pinto Guevara, informó que una comisión, compuesta por miembros del gremio y de la dirección de riesgos del Municipio, ejecuta una valoración estructural y de suelos en el puente que se desplomó, por lo que al momento no les es posible evaluar cómo se ve afectada la ciudad con la falta de los viaductos.

Para Arias la falta de los puentes genera un cierto retroceso en la ciudad, ya que al incrementarse los gastos en movilidad, se usa un dinero que podría haber sido invertido o gastado en otras necesidades. KSG