La falta de humildad degrada

Es normal que en ciertos momentos seamos exigentes con nosotros mismos. Las personas exigentes tienen un gravísimo problema; y es que se encuentran insatisfechas con todo lo que hacen. Este tipo de personas sufren de depresión, piensan de una forma negativa. La realidad es que contienen grandes dosis de ironía, mal humor, envidia y poca fe. Son alérgicas al buen humor y lo reflejan en sus rostros, especialistas para las muecas raras al reírse. Por una broma te pasarán a su lista de indiferencia. Exigen más de la otra persona, que de sí mismos. Cuando no hay humildad las personas se degradan, hay personas divertidas que no interesan y personas interesantes que no divierten.

Javier Valarezo