Falta de educacion y uso excesivo de audifonos en los jovenes
El amor es el sentimiento más noble del mundo, pero existen lugares para demostrar este sentimiento tan noble, y las puertas de los buses de la metrovía no son la mejor opción.
La presencia de parejas de estudiantes, universitarios o de colegios, imitando al abrazo eterno de los amantes de Sumpa de Santa Elena, pero cargando siempre sus abultadas mochilas, impide el flujo normal de los pasajeros, lo cual provoca el inmediato cruce de palabras con aquellos pasajeros que no desean perder el arribo de la parada a causa de estas manifestaciones públicas de cariño.
Quien cede asientos en los buses a una persona de tercera edad o a una mujer embarazada cuando los asignados para estos segmentos de pasajeros están ocupados son por lo general hombres de cincuenta años y más, no los jóvenes.
Algo pasa, el mensaje educacional no impacta en los oyentes, es decir, a los alumnos.
Quizá estamos ante la presencia de déficit auditivo de la población, producto del uso constante y prolongado de audífonos; por ende tampoco escuchan el resto de materias, impidiéndoles asimilar el conocimiento necesario y aprobar los exámenes, asegurando cupo en la universidad.
El abusivo uso de audífonos deteriora la audición y mantiene en permanente distracción a los jóvenes.
Marysol Del Castillo