Entre experimentos y fracasos

El progreso económico es muy oscilante y frágil en América Latina, ese es su problema; los períodos de prosperidad no se usan sabiamente. Ecuador ha tenido muchos creados por el sector privado, sin embargo, los gobiernos no los han utilizado debidamente. Han actuado como quien se saca la lotería y no sabe qué hacer con el dinero; parte lo invierte, la mayoría lo despilfarra. El Gobierno actual se sacó el premio mayor al recibir los muy altos precios del petróleo y excesivos impuestos. A pesar de ellos, no se logró mantener el crecimiento del PIB durante los últimos 9 años; igual que gobiernos anteriores. La Biblia de quienes ejercen el poder es: una serie de libros de intelectuales de izquierda; hablan y escriben un lenguaje salido de literatura cepalina y socialista. Hace medio siglo estaba de moda la Teoría de la Dependencia, producto de la mente de economistas desarrollistas, entre ellos Raúl Prebisch, según la cual América Latina había fracasado por culpa de Estados Unidos y Europa; estos el centro y nosotros la periferia. Nuestra región era incapaz de competir en el escenario mundial. David Landes afirma que esa teoría fue el principal rubro de exportación de la región y mostró un complejo de inferioridad; hoy continúa esa mentalidad: los “imperios” siguen siendo responsables del atraso.

Foreign Policy en su edición de octubre de 2009 publicó: El continente perdido, así se refiere a nuestra región. Y cita al historiador Claudio Véliz: “Dos sociedades que comenzaron, una muy pobre, la del norte, y otra muy rica, la del sur. Y en 500 años los papeles se han trastocado totalmente”. José Piñera, uno de los arquitectos de la economía chilena afirma que en América Latina el siglo XX provino “... en gran parte, de haber sido un continente huérfano. Los libertadores lucharon con gran heroísmo para independizar a nuestros países del control político español. Pero una cosa es saber luchar y otra muy distinta saber fundar naciones y gobernar bien”. En el siglo actual no hay cambios. El socialismo del siglo XXI es otro experimento, el más costoso. Razón para Asia habernos dejado atrás.

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