Donde Europa aun vive

el resultado del referendo por el “brexit” en el Reino Unido causó conmoción en toda Europa. Pero ver la reacción en Lviv (Ucrania Occidental), un polo de entusiasmo por la Unión Europea, fue particularmente estremecedor. Mientras en el RU un grupo de oportunistas y populistas irresponsables se dedica a demoler las instituciones de su propio país y las de Europa, los reformistas ucranianos están tratando de crear algo nuevo. Frente a la promoción de la causa de los partidarios del “brexit” apelando a una amenaza migratoria inventada, los activistas ucranianos que trabajan por darle a la sociedad civil un marco capaz de resistir las presiones internas de los oligarcas y la influencia externa de Rusia, se enfrentan a amenazas muy reales. Pocas ciudades guardan en su historia un recordatorio tan claro de la capacidad autodestructiva de Europa como Lviv. Alrededor de sus pintorescas plazas, cada adoquín y cada fachada ornamental fueron mudos testigos del derramamiento de sangre que acompañó el ascenso y la caída de los imperios. Pero Lviv es también un lugar dónde hallar esperanzas para la promesa europea, una ciudad profundamente antirrusa y proeuropea, pero todos los veranos, durante cinco días, es sede del Alpha Jazz Festival, patrocinado por un banco ruso. Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania todavía no terminó, las calles de Lviv se llenan de funcionarios, ciudadanos locales, miembros de la diáspora ucraniana e incluso algunos rusos que van allí a disfrutar del mejor jazz del mundo.

Además de su animada vida cultural y su ubicación geográfica, Ucrania tiene importancia estratégica para Occidente. Es un frente clave en la confrontación mundial entre democracia y autocracia. Para Europa representa una oportunidad única de promover el Estado de derecho, la transparencia, el libre comercio y la buena administración más allá de sus fronteras. Ucrania es un país grande, con abundancia de capital humano, recursos naturales y potencial de crecimiento en muchos sectores. Y el éxito de su programa de reformas aumentará la probabilidad de que se produzcan cambios positivos en Rusia. Sin embargo, desde 2006 la economía ucraniana lo convierte en el país más pobre de Europa. El “brexit” beneficia gratuitamente a las fuerzas de la autocracia y debilita la capacidad de Europa de proyectar su poder blando. Las ventajas de un mundo poseuropeo y pos Primavera Árabe son evidentes para los dictadores. Al este, la economía rusa sufre el abaratamiento de la energía y las sanciones de Occidente. Al oeste, la UE todavía puede recuperar la compostura, siempre que actúe rápido para resolver la incertidumbre generada por el “brexit”. Si lo logra, podrá encarar oportunidades de inversión en Ucrania y el sudeste de Europa que prometen reaprovisionarla de capital político y dar nuevos bríos a su productividad. La UE debe ver el “brexit” como una oportunidad de avanzar en sus propias reformas fundamentales, cuyo estancamiento se debe en parte a la oposición del RU. Ojalá algún día podamos mirar a Lviv (una ciudad de la que cada uno de sus ciudadanos se siente propietario hasta la última piedra) como fuente de inspiración para Europa.

Project Syndicate