El espiritu olimpico de Mina puede mas
Carlos Mina aún no digiere lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Río. A él, la pelea en los 81 kg lo tiene pensando todavía.
Carlos Mina aún no digiere lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Río. A él, la pelea en los 81 kg lo tiene pensando todavía. Su rival, el francés Mathieu Bauderlique, terminó en las mismas condiciones: de pie junto al juez; fue el puntaje técnico el que prácticamente le descolgó la medalla de bronce del cuello, de ahí que el boxeador ecuatoriano, quien obtuvo diploma olímpico por avanzar hasta cuartos de final, agradeció ser escogido como uno de los mejores del año, aunque con muchas conclusiones.
Mina, de 24 años, es como las cámaras lo mostraban en Río al salir al cuadrilátero: original, sin poses. El ‘bailecito’ que siempre se pegaba no era planificado, sino espontáneo, marca registrada que le dio la calle. Esa misma que fue su escuela y colegio hasta los 13 años cuando en un gimnasio de Puerto Quito (noroccidente de Pichincha) cogió sus primeros guantes y nunca más los soltó.
Lo del miércoles, en la gala de Granasa, fue para el púgil el corolario de muchas cosas. Por su cabeza pasaron los 11 años de estarse batiendo a puños con la vida. De crecer entre la necesidad, de tener a su madre María como único pilar en la vida y mantenerse firme en sus preceptos: defender a Ecuador.
“Cuando regresé de las Olimpiadas, gente de Estados Unidos y Europa me propusieron pelear profesionalmente, pero yo estoy enfocado en vivir otros Olímpicos en Tokio 2020. No es fácil. Ellos (los caza talentos) ofrecen mucho dinero, pero tengo mis ideas claras. Pese a que el camino ha sido duro, creo estar en el camino correcto. Quiero hacer grande a Ecuador”, dijo el deportista, quien no se avergüenza de nada de lo que fue, ni lo que actualmente es.
La temporada lo deja con 2 títulos internacionales en Bulgaria y Bielorrusia, así como la destacada participación en Preolímpico de Argentina, donde finalmente consiguió el boleto a Río. Ahora, en el 2017, el reto son varios topes internacionales en Cuba y Europa hasta que finalmente en noviembre lleguen los Juegos Bolivarianos en Santa Marta, Colombia, donde Mina tiene el antecedente de haber conseguido oro en los Bolivarianos 2013, de Perú.
Poniendo a Dios siempre por delante de todo lo que dice, Mina confiesa ser analfabeto todavía (solo cursó hasta cuarto año de colegio) y que si dejara el deporte seguro sería cantante de hip hop o de rap, géneros que lo han llevado ya incluso a componer canciones. Sobre lo primero, empezará a estudiar a inicios de año para ser bachiller, lo otro “llegará por añadidura”. El único horizonte son los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
En el ring
Mina pegó fuerte en Río 2016
Dos títulos internacionales, un Preolímpico y avanzar hasta cuartos de final del boxeo en Río, hizo de este el mejor año de Mina (i), que pelea en la categoría 81 kg.