
El espiritu montuvio se refleja en la madera
La cultura montuvia se manifiesta con sus manualidades y artesanías en varios sectores de Guayaquil. En el caso de los productos en madera y sus derivados, estos han conformado un centro de ventas y distribución en el sector de la calle Eloy Alf
La cultura montuvia se manifiesta con sus manualidades y artesanías en varios sectores de Guayaquil.
En el caso de los productos en madera y sus derivados, estos han conformado un centro de ventas y distribución en el sector de la calle Eloy Alfaro, aledaño a la Bahía.
Los manabitas llevan la bandera en este tipo de artesanías. Traen desde su tierra utensilios de cocina, espátulas, mazos, abanicos, hasta esteras, sombreros de paja toquilla y más.
Los comerciantes se quejan de la competencia que se ha generado últimamente con similares manualidades que provienen del Perú, a un precio significativamente más bajo y con similar o mejor acabado.
Dicen que debería incentivarse la manufactura nacional de una manera efectiva, brindando la posibilidad a los artesanos de seguir trabajando con madera cuya tala no esté prohibida.
“Actualmente la situación está dura, hay días en que vendo dos o tres artículos, otros no se vende nada. La situación económica y la competencia de productos similares de origen peruano han complicado las cosas”, dijo Silvio Solórzano, propietario de uno de los locales que se encuentran en la calle Eloy Alfaro.
“La prohibición de talar árboles justamente de la madera que utilizamos siempre para nuestras artesanías también contribuye a la baja en la producción y ventas, la mayoría de lo que se alcanza a elaborar se exporta para obtener mejores precios”, agregó.
Según Solórzano, sus artesanías llegan desde Montecristi, Calceta, de la parroquia rural Colón, Jipijapa, San Blacio, El Carmen y otros puntos de Manabí.
Es oriundo de Calceta. Llegó al Puerto Principal hace 25 años, siguiendo los pasos de su padre, quien traía artículos desde el campo y los comercializaba con éxito en la ciudad.
La venta la realiza junto con su familia y cuenta con una selección diversa que abarca cucharas de madera de diversos tamaños, tablas de picar, también alcancías, guitarras, canastos, floreros, trompos, e incluso muebles de mimbre.
Delfina Toro tiene su local a pocos pasos, en Eloy Alfaro y Huancavilca.
Lleva 25 años como distribuidora de productos de madera. Vende bateas, mates, tablas de cocina y toda clase de utensilios que trae al igual que otros comerciantes desde Manabí, aunque últimamente es visitada por comerciantes peruanos a los que les ha comenzado a comprar por sus ventajas competitivas.
“Pino, batea y laurel son las maderas permitidas más utilizadas para elaborar estas manualidades. La mayoría escasea en épocas de lluvia, aparte que hay especies protegidas como el guayacán y otras”, dijo Ana Gavilánez, otra artesana.
Esto obliga a los fabricantes a adquirir la materia prima en depósitos, incrementando sus costos y perdiendo competitividad con los que vienen del vecino país (Perú).
Algunos comerciantes de la zona se han dedicado a elaborar productos con bejuco de piquigua, que les traen de Esmeraldas. Abren y deshilachan este producto y de él elaboran muebles, sombreros y artesanías que les brindan una opción comercial distinta para atraer a los clientes. (F)