Uno de los pilares fundamentales del éxito de cualquier organización es la creación de un equipo efectivo, un grupo humano que garantice el óptimo desempeño de la empresa y un alcance más rápido de los objetivos trazados para determinado periodo de tiempo. En ese contexto, el concepto de equipo multidisciplinario ha emergido como una estrategia clave para abordar desafíos complejos y fomentar la innovación.

Un equipo multidisciplinario es un grupo de profesionales con distintas especialidades, habilidades o experiencia laboral que trabajan juntos con uno o varios objetivos comunes. En este tipo de equipos, cada profesional pone lo mejor de sí mismo y de sus conocimientos al servicio de la meta colectiva, que puede ser puntual o permanente.

Los motivos por los que las empresas crean equipos multidisciplinarios son muy variados. Pueden organizarse para resolver un problema concreto, para abordar una tarea desde diferentes perspectivas o disciplinas, o para realizar tareas que requieren de la participación de perfiles profesionales innovadores como por ejemplo la creación de un organigrama circular para desechar el esquema tradicional.

Esta forma de organizar el trabajo está ganando terreno en las empresas. Las fronteras entre los distintos departamentos tienden a desaparecer y el trabajo por áreas se está sustituyendo por el trabajo por proyectos. Los empresarios se han dado cuenta de que el enfoque multidisciplinario es enriquecedor y ofrece mejores resultados.

• Ventajas de trabajar con un equipo multidisciplinario

¿Por qué los equipos multidisciplinarios están cobrando protagonismo en las empresas? La clave aquí es la diversidad: los miembros del equipo provienen de diferentes disciplinas, campos o áreas de especialización. Eso hace que los beneficios de tener esta serie de grupos de trabajo se hagan palpables.

La variedad de antecedentes aporta una gama más amplia de perspectivas para abordar problemas. Esto puede llevar a soluciones más creativas y efectivas. Estas son algunas de sus principales ventajas:

1. Innovación: La diversidad de pensamiento es un catalizador natural para la innovación y estos grupos fomentan mucho la creatividad. Contar con distintos enfoques y puntos de vista enriquece los proyectos y aparecen propuestas que no habrían surgido de equipos convencionales.
2. Fluidez: La multidisciplinariedad aporta a los proyectos una fluidez que es imposible de conseguir con departamentos estáticos en los que cada profesional se centra en su área sin conocer el proyecto en su conjunto.
3. Competitividad: Las empresas que implantan equipos multidisciplinarios son más competitivas porque esta organización del trabajo consigue resultados más rápidos y eficaces.
4. Reducción de errores: Cuando un problema u objetivo se aborda desde diferentes perspectivas y disciplinas, sin dejar de lado ninguna de sus posibles variables o dimensiones, los márgenes de error se reducen bastante. Al tener diversas perspectivas, el equipo está mejor equipado para tomar decisiones informadas y considerar las posibles ramificaciones desde diversos ángulos.
5. Aprendizaje: Los equipos multidisciplinarios aportan a los trabajadores un aprendizaje constante sobre otras disciplinas, experiencias y formas de trabajar. Estos grupos tienden a ser más adaptables a cambios y desafíos inesperados debido a su diversidad de habilidades.

• ¿Cómo hacer un equipo multidisciplinario?

Para formar un equipo multidisciplinario exitoso, es recomendable seguir una serie de pasos y recomendaciones:

1. Reconocer los objetivos del proyecto: Lo primero es definir el problema o la meta que se quiere resolver o alcanzar, y determinar qué tipo de conocimientos, habilidades y experiencias se requieren para ello.
2. Identificar las disciplinas necesarias: Basándose en el objetivo, se deben identificar las disciplinas o áreas de especialización necesarias para abordar el problema de manera integral. ¿Se necesitan habilidades técnicas, creativas, científicas, o una combinación de varias?
3. Seleccionar a los miembros del equipo: Lo siguiente es elegir a los profesionales que formarán parte del equipo, teniendo en cuenta su formación, su trayectoria, sus habilidades, su disponibilidad, su motivación y su compatibilidad con el resto de los integrantes. La diversidad puede ser tanto en términos de formación académica como de experiencias profesionales previas a la formación de una determinada unidad.
4. Asignar responsabilidades: Una vez conformado el equipo, se deben asignar los roles y las responsabilidades, de acuerdo con las capacidades y preferencias de cada trabajador, y establecer los procedimientos que se seguirán en cada etapa del proyecto. A pesar de la diversidad de perfiles, que puede incluir varias habilidades en una misma persona, es importante definir roles claros para cada miembro del equipo. Esto asegura que cada disciplina contribuya de manera específica al objetivo general.
5. Fomentar la comunicación y la colaboración: La base de un equipo multidisciplinario efectivo es la colaboración. Es fundamental que el equipo mantenga una comunicación abierta y efectiva. Además, es clave que los miembros se sientan cómodos compartiendo información, ideas y opiniones, para resolver los conflictos de forma constructiva y apoyarse mutuamente.
6. Evaluar y mejorar el desempeño: Por último, se debe evaluar el trabajo del equipo, tanto a nivel individual como colectivo, y buscar formas de mejorar el rendimiento, la calidad y la satisfacción de los miembros.

La integración efectiva de diferentes disciplinas en un solo proyecto puede llevar tiempo. Sin embargo, las evidencias más recientes demuestran que tener un equipo multidisciplinario enriquece las actividades que fomentan la comprensión mutua y la apreciación de las fortalezas de cada disciplina. Por ende, los equipos multidisciplinarios se convertirán pronto en la regla de toda empresa que busca el éxito total.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!