Alegría. El entrenador de Emelec, el uruguayo Alfredo Arias, se despidió de la hinchada después de la victoria de ayer sobre Independiente del Valle en el estadio Olímpico Atahualpa. Él aseguró que no volverá a dirigir al Bombillo.

Emelec recupera el aplauso de Arias

El entrenador uruguayo se fue feliz por lo mostrado ante Independiente del Valle. Lo vivió con intensidad, como si fuera su final.

Alfredo Arias le puso el punto final a su aventura en Emelec con una victoria sobre Independiente del Valle, ayer en el estadio Olímpico Atahualpa.

Este partido fue el definitivo. Así lo dijo tras el pitazo final. Ya no quiere más encargos porque, según él, puede convertirse en comedia. Lo que empezó con el auxilio por un juego ya llegó al cuarto. Y no quiere prestarse para más. Por ello, descartó por completo la posibilidad de estar en el clásico del Astillero.

Su decisión estaba tomada y asentada sobre piedra desde antes. Y por eso vivió el juego de ayer con intensidad.

Ni siquiera sintió el frío. Luciendo solo una camiseta, a pesar de la lluvia, se mantuvo todo el partido gesticulando al borde de la zona técnica.

Aplaudiendo, felicitando y un par de veces reclamando por errores puntuales, el entrenador volvió a ver a un Emelec práctico y ganador.

Lo hizo desde el minuto uno, cuando generó dos claras ocasiones que no pudieron finalizar los delanteros.

Y como lo resaltó, se volvió a ver al equipo de antes, al que presionaba, generaba los espacios para los delanteros y llegaba con frecuencia. Vio a ese Emelec que dominaba y que lucía deslotado.

También, al de la defensa sólida, con una línea de tres donde Óscar Bagüí pintaba como carrilero, pero que no pasaba la mitad de la cancha para brindar equilibrio en las líneas.

En definitiva, Arias vio a ese Emelec que fue campeón el año anterior. Y lo dijo muy apasionado, eufórico, al punto de agradecer a los jugadores por lo mostrado.

Aunque también lo soltó con algo de rabia porque le quedó demostrado que el problema estaba en otro lado. No precisamente en su propuesta.

Inclusive, volvió a tocar el tema de la indisciplina como uno de los factores para su salida. Aunque, lo aclaró. No solamente fue aquello. Arias se va porque Emelec dejó de ganar.

Aunque ahora que se recuperó en la tabla quiere irse para que siga ganando.

Para Arias Emelec ya forma parte de su pasado. Insistió. El gol en contra de Michael Estrada y el tanto de Fernando Luna, tras una gran jugada colectiva, fueron los últimos gritos de desahogo de un entrenador que se va con gratitud hacia la hinchada. Por ello apenas terminó el juego levantó su brazo y se despidió de la grada, mientras caminaba hacia el túnel.