Elecciones y candidatos

Las elecciones, con las características propias que exhiben en Latinoamérica y Ecuador, desde 1980 al presente tienen una singular particularidad: son momentos de intensa actividad en los cuales los partidos políticos ya no presentan figuras representativas que estén a tono con las demandas y necesidades del país. Hoy exhiben “talentos de televisión y figuras del deporte”.

En efecto, la convocatoria, ritualidad y refrendación democrática se ha debilitado. Pues los partidos políticos, de diferente tendencia (izquierda, derecha, centro, etc.) han dejado de considerar que en estos eventos de la vida republicana se deben poner mucha atención e interés.

En el pasado esas organizaciones proponían los cuadros más capaces y representativos para las elecciones. Esta tradición se ha perdido. Hoy ya no apelan a sus “mejores figuras”, más capaces, más preparados, para que sean verdaderos representantes de sus electores.

En el país, en los últimos tiempos ya no tienen esa condición y motivación. Ya no presentan sus mejores cuadros de hombres y mujeres con formación y solidez académica, política e ideológica. Desde que el ‘marketing’ político es el centro del accionar electoral, los partidos acuden a figuras de otras características.

Tanto izquierda, derecha y centro “buscan” sus candidatos en figuras de la farándula, la TV, el deporte, etc. Y no es que este accionar vulnere lo que dice el texto constitucional: “Todos tienen derecho a ser elegidos”. Pero el adagio popular también es certero y de mucha sabiduría: “zapatero a tus zapatos”.

Ellos sabrán por qué lo hacen. Posiblemente consideran que de esta manera suman votos. Ayer este proceder parecía transitorio. Pero en los últimos procesos eleccionarios es algo que se repite. ¿Qué buscan con esto? ¿Será que con tal accionar creen que su organización será más favorecida con el voto? También hay otro sector ciudadano que expresa que tal actuación desprestigia los partidos, deslegitima la política y empobrece la calidad de la representación de estos “singulares” candidatos. A lo mejor es la moda o son los nuevos tiempos de la política y de los políticos. Sin embargo la sociedad considera que esta decisión debe ser revisada y terminar para que el acto electoral sea un verdadero acto cívico, político y de efectiva formación ciudadana.