El efecto Kondratiev

Algunos lectores se preguntarán por qué razón las grandes corporaciones buscan provocar un ambiente de alegría en sus consumidores, o los políticos -bien asesorados- buscan generar ambientes de optimismo en sus electores. El economista ruso Nikolái Kondratiev desarrolló un estudio que concluyó con una teoría que determina que los largos ciclos económicos (48-60 años) se comportan como ondas con forma sinusoidal, y que los picos de expansión y alto nivel de bienestar son precedidos por ambientes de optimismo ciudadano. Los resultados de los estudios de Kondratiev han sido analizados y validados por varios científicos, y como consecuencia de ello diversos actores en múltiples campos han puesto en práctica procesos de inducción de estados de ánimo para lograr filiación, incremento del consumo y, en algunos casos académicos, el mejoramiento en el nivel de rendimiento de los estudiantes. Para hacerlo un poco más sencillo: cuando un equipo de fútbol muy popular gana, existe de forma inmediata un ambiente de mayor expansión en el gasto. El punto entonces, en un ambiente recesivo como el que vive el país y donde es casi una profecía que el precio del crudo podría estar deprimido por un buen lapso, es qué podemos hacer para crear las condiciones en la población (por el lado del consumo), en el sector empresarial (por el lado de la inversión) y en el Estado (por las políticas públicas), para crear un ambiente contracíclico. Cómo ser capaces de devolverle al país un ambiente creíble de optimismo, basado en objetivos, indicadores y metas concertadas.

Sin desconocer el grave problema de ingresos que tiene el Gobierno, las medidas tomadas y los cambios legales propuestos no van en la línea de resolver el problema presupuestario permanentemente. Debemos preguntarnos si lo propuesto genera un mejor ambiente de inversión, mayor confianza en el futuro y mejores condiciones de consumo. Si la respuesta es que no, se va a expandir el tiempo hasta recuperar una economía que crezca. La responsabilidad es de todos, sin exclusiones, pero el camino emprendido creo que es equivocado.

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