Educacion y desarrollo agricola

La prosperidad material no existe por casualidad; está indeleblemente asociada con sistemas educativos de excelencia por su rigurosidad académica; de relevancia, por la organización de sus materias y planes de estudios en sus diversos niveles, en las profesiones, la tecnología y la multiplicidad de carreras intermedias; y de consecuencia, por el enlace firme y productivo entre las instituciones educativas y los mercados de trabajo.

En el Ecuador subsisten nociones de la agricultura como un ambiente de pobreza, falta de educación, privaciones y atraso. Es hora de pensar diferente. Con el mismo molde mental que pensaron quienes instituyeron la Espol, hay que tener politécnicas agrícolas de excelencia, relevancia y consecuencia para diseminar el conocimiento de materias como la climatología y el manejo del agua; el cuidado de suelos y pastos; la siembra, cosecha y crianza de plantas y animales; amén de los temas relativos a la biología, química, genética, economía, las ciencias empresariales, el ‘marketing’ y el transporte. Hoy enfrentamos nuevos imperativos de competitividad y eficiencia. Superemos entonces los clichés de la siembra del petróleo: es hora de sembrar el conocimiento del campo.