Editorial: “Esta noche es Nochebuena...”

La vieja y tan usual frase que se dice el 24 de Diciembre de cada año, esta vez la repetimos al faltar pocas horas para que llegue la fecha en que la humanidad cristiana celebra el nacimiento de Jesucristo, a quien se considera hijo de Dios, en un pesebre de Belén.

La fecha coincide, también, con la iniciación del solsticio de invierno que las antiguas culturas orientales adjudicaron también a la llegada de sus dioses solares como el caso de los persas que adoraban a Matras.

Por tratarse de un natalicio, es decir de la llegada al mundo del Niño Dios, la fiesta navideña está dedicada a la infancia, por lo cual se hizo costumbre, con esta oportunidad, regalar juguetes a los pequeños que los piden a los personajes míticos que también han surgido con motivo de esta fiesta, como son Papá Noel (también conocido como Santa Claus), el Niño Dios y los Tres Reyes Magos que, según la tradición, siguieron el mandato de una estrella milagrosa para dar con el lugar en que había nacido el retoño de José y María.

Pero parece que lo infantil, en estas épocas consumistas, ha rebasado la tradición de regalar a los niños solamente. Y el comercio se intensifica por la costumbre de obsequiar también a adultos.