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El Ecuador que viene

Se habla mucho del difícil futuro económico del país. Déficit fiscal, alto endeudamiento estatal externo e interno. El seguro social al borde del abismo. Desempleo. Miles de millones de dólares desaparecidos por la corrupción, cuya recuperación será cuesta arriba por la impunidad reinante y las estrategias utilizadas para desaparecer su rastro. Pero hay un problema tanto o más grave: lo que está ocurriendo con su gente. El índice de desnutrición en menores de cinco años se mantiene por encima del 20 %. La desnutrición crónica tiene efectos irreversibles: incrementa el riesgo de contraer enfermedades e impide el normal desarrollo físico e intelectual, limitando la capacidad cognitiva y la adquisición de habilidades. Si a esta condición se suman las consecuencias de la adicción a drogas como la H y marihuana, de amplio consumo entre nuestros niños y adolescentes, y las secuelas por abuso sexual en aquellos que fueron víctimas de violaciones por parte de profesores o miembros de su familia, el perfil del ecuatoriano de los próximos años es, por decir lo menos, preocupante. Si en sus manos estará el futuro del Ecuador, urge hacer grandes cambios, en varios ámbitos. (Circula en redes sociales una denuncia de adoctrinamiento a través de textos escolares).