En este evento se esperaba la presencia del también candidato, Lenin Moreno, sin embargo este no asistió.

Ecuador ante una silla vacia

A tres días del cierre de campaña oficial y entrada en vigencia del silencio electoral, lo único que el país puede esperar es lo que ha tenido en los últimos meses: un cruce de acusaciones inertes.

El salón estaba listo. Del lado derecho, cómo no, Guillermo Lasso de la alianza Creo-Suma, vestido sobrio, con las manos juntas y las piernas cruzadas como quien no se cansa de esperar. Al medio, la periodista ecuatoriana Andrea Bernal. La moderadora se había subido a un avión rumbo a Ecuador con la posibilidad de dirigir un debate sin contraparte en la cabeza. A la izquierda, como no, la silla vacía que se ha convertido en el logotipo de la campaña de Lenin Moreno, candidato de Alianza PAIS. Como un escapista profesional Moreno ha convertido este en el tercer intento fallido para que la Democracia ecuatoriana tenga un cara a cara entre sus dos aspirantes finalistas a la presidencia.

No será posible a estas alturas. A tres días del cierre de campaña oficial y entrada en vigencia del silencio electoral, lo único que el país puede esperar es lo que ha tenido en los últimos meses: un cruce de acusaciones inertes.

La única diferencia en ese guión tuvo lugar esta noche del 27 de marzo de 2017, cuando en lugar de un evento cancelado, hubo una silla vacía.

Antes la CNN lo había intentado sin éxito. Antes la oficialista red de maestros lo había prometido, aunque con mañosería, para retractarse a última hora. Y hasta esta mañana el candidato Moreno mantenía el silencio que lo ha caracterizado ante cualquier tema incómodo. Por eso dio ruedas de prensa sin preguntas. Por eso ignoró las preguntas directas sobre su asistencia. Por eso delegó la tarea de decirle al país que haría un desplante a la Democracia en la boca de su equipo de prensa.

La candidatura de Guillermo Lasso ha querido aprovecharlo. La foto frente al letrero sin dueño de Lenin Moreno le permitía dirigirle a esa silla vacía todo lo que hubiera querido decirle en persona. “Usted no está preparado para gobernar”, lanzaba el opositor sin saber a quién mirar. “Usted ha preferido una campaña sucia que un intercambio de ideas”, decía. “Usted huye hasta de sus propios debates”, se mofaba. Lasso le ha restregado a Moreno su ausencia y su incapacidad para responder sobre las dudas del patrimonio correista sin alterarse siquiera. Por respuesta, en lugar de una réplica, ha teñido unos flashes y unas grabadoras. Solamente la prensa estaba allí para presenciar el encuentro entre una candidatura y una silla vacía.