Reacciones a los resul (8895909)
La prensa chilena informó sobre el rechazo al plebiscito constitucional.Alberto Valdés / efe

Ecuador mira el reflejo chileno de cara a un nuevo llamado a consulta popular

Las lecciones que deja en Ecuador la decisión del plebiscito en Chile. Ciudadanizar las preguntas es uno de las reflejos. No direccionar las consultas a extremos

El resultado del plebiscito en Chile se convierte en un espejo ahora que en Ecuador suenan campanas de consulta popular, una vez más. El presidente Guillermo Lasso prepara un pliego de preguntas cuya redacción en específica es manejada con reserva. Lo único que se conoce es que abordarán temas generales como seguridad y economía. Aunque están en el aire otros relacionados a la composición de la Asamblea Nacional y el rol de la Fiscalía y de los gobiernos locales. Mientras las preguntas son pulidas, el análisis ahora despliega la mirada en Chile y los reflejos que Ecuador puede observar con miras a una nueva convocatoria a las urnas para decidir sobre temas relevantes y no manchados de populismo.

Guillermo Lasso

Lasso remitirá las preguntas de la consulta popular a la Corte Constitucional

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Marcando la diferencia entre un plebiscito para la aprobación o rechazo de todo un nuevo marco legal y un ‘Sí’ o ‘No’  sobre preguntas o cambios puntuales, el jurista, catedrático universitario y exasambleísta Henry Cucalón, considera que uno de los problemas del plebiscito chileno y que no debe repetir Ecuador es que las Constituciones no son una lista de deseos y que, al final de cuentas, lo que el ciudadano quiere ya sea en una nueva Carta Magna o en reformas parciales o enmiendas es que sean responsables, incrementales y equilibradas. “Es decir, ninguno de los dos extremos es válido en este tipo de proceso que se denomina constitucionalismo popular, que es cuando el ciudadano ejerce la soberanía con el voto”.

Eso como un primer reflejo de ese espejo chileno. Otro es que las consultas o cualquier proceso de constitucionalismo popular, a criterio de Cucalón, deben divorciarse de esa idea de que son un termómetro para medir la popularidad del gobernante de turno. ¿Cómo? “Ciudadanizándolas”. “Si no se ciudadaniza las preguntas, el dictamen está dado. Si un Gobierno tiene baja popularidad, entonces la gente lo castigará con el voto y no ver el pro y contra de las preguntas... Si no se lo ciudadaniza, la consulta como tal estaría muerta”.

Lo importante es que el ciudadano es el dueño del constitucionalismo popular. Es él el que refrenda el cambio.

Henry Cucalón, jurista y exasambleísta.

En otras palabras, las preguntas deben nacer de los temas que hayan sido requeridos por la ciudadanía, de los temas que les importan a los ciudadanos que no solamente deben abarcar la parte política, sino otros como la seguridad y la economía, por ejemplo. “Para que la gente sienta que son propias y no un tema de ajustes entre políticos. Esa es la única solución tomando en cuenta el nivel de polarización que existe en la sociedad política ecuatoriana”, replica el exlegislador.

Si una de las lecciones del plebiscito chileno es ciudadanizar todo proceso en el que se solicite el pronunciamiento del pueblo, al ecuatoriano poco debería importarle que el presidente Lasso goza de una baja calificación de su gestión, como lo revela una reciente medición de Perfiles de Opinión: 81,86 % de los encuestados califica su gestión como mala y muy mala, y el 17,33 % como buena y muy buena.

Sin embargo, para la abogada Mónica Banegas, directora de la Fundación Haciendo Ecuador, organización dedicada a crear proyectos de incidencia político-ciudadana en democracia y otros aspectos, considera que la popularidad del mandatario de turno sigue siendo un factor que incide en procesos como las consultas populares. “Guillermo Lasso debió hacer la consulta popular en los primeros tres o seis meses de Gobierno. Era un momento en el que su fortaleza era tan grande que podía conseguir algunos cambios importantes que tiene que ver con su oferta de campaña con un sí tal vez no rotundo. Ahora es un poco difícil porque es un Gobierno desgastado. Y la campaña opositora no será una informativa de la ventaja o desventaja de sus preguntas, sino una de rechazo a una nula política social, a niveles ínfimos de inversión en salud y al desgaste del Gobierno”.

Ecuador y Chile son sociedades más equilibradas... que no estamos para extremas derechas e izquierdas.

Mónica Banegas, jurista y analista política.

En lo que sí coincide Banegas con Cucalón es que tanto Chile como Ecuador no son países de extremos ni de izquierda ni de derecha, y bajo esa realidad deben construirse los procesos de consultas y otros similares. “Ambas somos sociedades más equilibradas. Que respeta derechos y pide respeto a los derechos adquiridos. (La consulta) Tendría que ser algo mucho más de centro y equilibrado. Somos sociedades que no estamos para extremas derechas e izquierdas”.