El Frente liderado por ‘Guacho’ controla la zona de Tumaco en Colombia.

Ecuador, ante el enemigo mas sanguinario

La milicia de Oliver Sinisterra, que opera en Ecuador, es clave para exportar droga por Mataje.

Los asesinos de Efraín, Paúl y Javier son tan agresivos que, en apenas un año desde su surgimiento, se han colocado a la cabeza de las facciones disidentes del proceso de paz de Colombia con más atentados a sus espaldas. El secuestro y muerte del equipo periodístico de El Comercio ha conmocionado al país y ha retirado la venda a la población que aún miraba con distancia el recrudecimiento de la violencia en la frontera. Los asesinos de los periodistas y el conductor atacan militares, entrenados para el enfrentamiento, y a civiles.

Se atribuyen el 11 % de los ataques por disidentes en Colombia desde junio de 2016, pese a que aparecieron en escena, según sus propios comunicados, en enero del año pasado. Y son la cuarta facción más sanguinaria. Un informe de la Fundación Ideas para la Paz, publicado el domingo y al que ha tenido acceso EXPRESO, mide con detalle la crueldad de sus actos y dibuja un panorama de terror y lucha territorial que desde este año se ha derramado por la frontera ecuatoriana. En el país, ya se dan el 5 % de los ataques por las llamadas disidencias, que son los grupos o bandas de crimen organizado que no están de acuerdo con el proceso de paz. Algunas por desapego político o ideológico y otras porque no tienen entre sus planes renunciar al lucrativo negocio del tráfico de drogas, armas, personas o minería ilegal.

Para elaborar el informe, la Fundación Ideas para la Paz realizó 88 entrevistas a funcionarios públicos, militares y policías, líderes comunitarios y campesinos, representantes de organizaciones internacionales e Iglesia y excombatientes de las FARC. No publica el nombre de ninguno de ellos, por seguridad.

Toda la información recopilada sobre las consecuencias del proceso de paz en Colombia da respuesta a interrogantes que acechan a Ecuador como quién y por qué ataca la zona fronteriza, qué intereses hay al norte del país, hasta dónde y hasta cuándo puede extenderse la ola de violencia. El panorama no es alentador:

Quiénes son

1. El Frente Oliver Sinisterra data su reaparición en enero de 2017, aprovechándose, dentro del proceso de paz y fin de las FARC, de la desintegración de la columna móvil Daniel Aldana y a la fragmentación del Frente 29 que operaban en la frontera entre Colombia y Ecuador. Su intención es reconquistar el sur colombiano y el norte ecuatoriano para la distribución de cocaína. Pese a que los miembros de Oliver Sinisterra son considerados criminales y el grupo con menos exmilicianos de las FARC, tienen cierta legitimidad social, ya que defienden que el proceso de paz es un engaño del Gobierno. Walter Arízala, alias ‘Guacho’, es su líder desde septiembre de 2017. Era responsable con las FARC de las finanzas y de las redes de tráfico de cocaína por rutas fluviales y terrestres hacia el Océano Pacífico desde la zona de Tumaco (del lado colombiano) y desde Carchi y Esmeraldas, a través del río Mataje que separa los dos países.

Carteles mexicanos

2. El grupo resurgió por la presión de narcotraficantes colombianos y carteles internacionales, como los mexicanos, para seguir sacando coca por la franja de costa que va desde el río Mira (en Colombia) y el Mataje (en la línea fronteriza). El Guacho se posiciona con fuerza por el apoyo, con dinero y armas de los narcos mexicanos y colombianos, que ofrecían 1,8 millones de pesos colombianos (660 dólares) a quien se uniera al Frente Oliver Sinisterra. Además, aprovecha su conocimiento sobre la región selvática y su capacidad militar (experto en explosivos).

Dónde y qué hacen

3. Su intención es fortalecerse en el corredor de movilidad de la droga que suponen los ríos Mira y Mataje. Allí tienen puntos de embarque y labor de inteligencia sobre quien entra y sale. Eso riega su campo de acción desde Nariño (Colombia) hasta Esmeraldas (Ecuador). En El Pan tienen el punto de origen de la cocaína producida en cristalizadores al otro lado de la frontera. La pasta de coca va a los centros de producción de Llorente, antes de la distribución. Los puntos de salida están entre San Lorenzo (Ecuador ) y Terán (Colombia). Tumaco, regado por esteros que conectan por el Pacífico, es un punto estratégico y en disputa con otros grupos. Allí, 2017 ha sido el año más sangriento desde 2012, con el doble de asesinatos que en 2016.

Violencia extrema

4. Rechazan la sustitución y erradicación de los cultivos de coca y se enfrentan a quien se oponga. Han asesinado por esta razón e incluso atacado un helicóptero de la Policía Nacional de Colombia por destruir un laboratorio de droga. Su dominio del territorio incluye reclutamiento forzoso de jóvenes y niños, violación de mujeres y genera el desplazamiento masivo de personas. Para entrar a Tumaco, hay que pedir permiso.

Golpe al grupo

5. El grupo de ‘Guacho’ fue golpeado por la detención de dos aliados -‘El Pollo’ y ‘El Tigre’- lo que agravó la lucha territorial en Tumaco.

Riesgo para Ecuador

6. “Será importante observar los efectos en la población civil de las acciones de la fuerza pública (policías y militares)”, apunta el informe. “Un efecto no deseado será la violencia selectiva como los secuestros, asesinatos selectivos y los señalamientos por ser colaboradores o informantes de las autoridades. Desde ya se advierte un serio riesgo para el trabajo de organismos internacionales, humanitarios y periodistas”.

Datos

Origen.

El Frente Oliver Sinisterra es el grupo disidente con menos exmiembros de las FARC.

Repertorio de ataques.

Amenazas, extorsiones, reclutamiento forzado, asesinatos selectivos, restricción a la movilidad con imposición de horarios de salida y entrada en veredas.

Apoyo

De las disidencias ‘Resistencia Campesina’ y ‘Los de Sábalo’.

Enfrentamientos

Guerrillas Unidas del Pacífico y ELN.

Proceso de paz

Rechazo por ser “un engaño del Gobierno” y enfrentamientos a quien sustituya cultivos de coca.

Economía de guerra

Producción y distribución de cocaína.

Campaneros

Forasteros en el pueblo

A la entrada de los pueblos dominados por el Frente Oliver Sinisterra ponen a niños para que hagan de campaneros. Si llega un extraño a la localidad, los menores avisan a los círculos de seguridad del grupo armado para que salgan a su encuentro si avanzan. Se trata como extraños a todos los que no sean locales, ante el riesgo de que sean integrantes de grupos con los que se disputan el territorio.

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