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Ecuador y su encrucijada

A los 28 meses de asumir el poder, el presidente Lenín Moreno se vio forzado a eliminar el subsidio a la gasolina y diésel, lo cual influye en la cadena de producción, comercialización y consumo de bienes, provocando una insurrección popular que ha colocado al país en una encrucijada que lo tiene al borde del caos por condenables actos de vandalismo promovidos por politiqueros y por quienes aprovechan el tumulto para evidenciar enojos represados y destruir o robar lo ajeno.

Una medida de tal magnitud no puede ser analizada emotiva y mediáticamente, debió explicitarse en un contexto pasado, presente y futuro. En esencia es un nuevo pedido de sacrificio a los ciudadanos, que al parecer no se lo conversó en los diálogos convocados por el Gobierno. En teoría es bueno para la economía sincerar precios, pero en la realidad son los gobernados los que asumen el costo de errores y despilfarros de sus gobernantes.

Quienes subsisten con su trabajo diario sienten que pagan la cuenta del derroche de recursos públicos, la falta de austeridad, la desaforada corrupción, el elevado endeudamiento, las falsedades de la clase política, observando con incredulidad que quienes la década pasada lo sumergieron en esta crítica situación, hoy pretenden convertirse en “defensores” de los afectados con las medidas, que debe reconocerse favorecerán la inversión que genera más crecimiento económico, liquidez monetaria, más empleo y más competitividad como país.

El déficit fiscal puso al Gobierno ante tres alternativas: reducir drásticamente el gasto público, seguir endeudándose o incrementar ingresos con aportes ciudadanos, estas dos últimas las está utilizando, pero no ha cumplido su oferta de “una cirugía mayor a la corrupción”.

La crispación por confrontaciones políticas heredadas del anterior gobierno, fractura la posibilidad de acuerdos en función de objetivos nacionales. Ojalá la intermediación de sectores como la Iglesia y la Academia, y las decisiones posmedidas permitan recobrar la normalidad, a sabiendas de que solo con más trabajo se podrá enfrentar la difícil situación que vive el Ecuador.