El Ecuador y las culturas

Las sociedades y naciones, además de ser complejas estructuras e instituciones que nos remiten a esas singulares síntesis dinámicas de múltiples relaciones económicas, políticas, ideológicas, artísticas, religiosas y de variados rituales simbólicos, también son conglomerados de culturas diversas y cambiantes.

Hoy que es el Día Nacional de la Cultura es necesario que comprendamos a las sociedades desde la realidad en la que ellas existen, se expresan y actúan: las culturas. Que este día sea motivo de profunda reflexión sobre por qué, cuánto, cómo y de qué manera las culturas que hacen y tejen la trama de la vida social del Ecuador son múltiples. Es hora de que afirmemos, sin temor a la fragmentación y al abandono de la unidad, que somos un país de diversidad sociocultural.

Pero sobre todo, que no solo afirmemos y aceptemos la multiplicidad cultural sino también la étnica, social, económica, política, ideológica, etc., puesto que la heterogeneidad y su respeto ya están consagrados en la Constitución. Sin embargo, ese rol, importancia y legitimidad que se da a las múltiples etnicidades y culturas, es necesario llevarlo más allá de lo que dice la Carta Magna.

Afirmemos que esta variedad cultural, étnica y de otro orden no nos divide y fragmenta sino que nos enriquece y potencia, pues somos una unidad de diversos.

Hoy que celebramos el Día Nacional de la Cultura, recordemos el aporte, la propuesta, el proyecto y el objetivo del lojano universal, Benjamín Carrión, cuando pedía que el Estado y los gobiernos se preocupen, interesen y financien proyectos y programas que favorezcan el desarrollo cultural, tanto regional como local.

Hoy se debe refrendar esa propuesta. Pero sobre todo reconocer, afirmar y proyectar la validez e importancia que tiene la diversidad de culturas locales, microrregionales y regionales, ya que de ellas se hace la “cultural nacional”. De modo que esta expresión singular está sustentada en una matriz que se hace cotidianamente por el aporte de la heterogeneidad cultural de las ciudades, del campo y de las regiones. Pero también de lo que hacen, traen y transmiten los extranjeros.

Por eso es necesario que en el Día Nacional de la Cultura miremos desde esa síntesis y unidad, pues ahí está la rica y creciente diversidad que hace la cotidianidad de la vida social del Ecuador diverso.