Quito tuvo una gran mejora en los indicadores laborales durante el primer trimestre de 2023 frente a igual periodo de 2022. En ese tiempo, la tasa de desempleo bajó del 10,8% al 8,6%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). De todas formas, sigue siendo la más alta a escala nacional.

A la par de este descenso, la capital mejoró la tasa de empleo adecuado, donde una persona gana al menos del salario básico y labora ocho horas. Esta se ubicó en 58,1%. 

Mónica Heller, presidenta de la Cámara de Comercio de Quito, señala que este panorama es parte del proceso de recuperación económica (que aún no llega a niveles pre pandemia) y que se da en ciudades con gran dinamismo económico.

Por eso en Guayaquil también cayó la desocupación en el primer trimestre de este año al 3,4%. Asimismo, el subempleo bajó y se ubicó en 16,5%.

Si bien la disminución de estos indicadores es importante, puede existir influencia de factores como la desaceleración económica, la informalidad laboral y la baja calidad del empleo, resalta Sebastián Lima, director nacional de Calidad y Servicio de Adecco Ecuador.

Es por eso que en la urbe porteña, a diferencia de Quito, este decrecimiento no refleja un traslado de las personas que estaban desempleadas o subempleadas hacia el empleo adecuado. Este indicador apenas tuvo una leve variación y se ubicó en 47,3%, por debajo en más de 10 puntos porcentuales de la tasa de la capital.

Además, casi 3 de cada 10 trabajadores en Guayaquil ganan menos del salario básico y/o trabaja menos de la jornada legal, pero no tienen el deseo y disponibilidad de laborar más horas. Es decir, están en el otro empleo no pleno. Este tuvo un incremento de casi 5 puntos porcentuales, entre el primer trimestre de 2022 e igual periodo de 2023, y llegó al 28,5%.

Para Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral, esto responde al contexto de inseguridad, que crece en Guayaquil, y a la inestabilidad política y social que atraviesa el país. “Por esto los empleadores tienen incertidumbre y no pueden planificar una contratación estable. Esto desemboca en empleo informal”, asegura.

El golpe que están sintiendo los comerciantes por la inseguridad es fuerte, dice la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). Esto hace que haya menores niveles de ventas en este primer trimestre del año. "Sin ventas no hay empleo, por ello es esencial que problemas que están afectando al dinamismo comercial se resuelvan", recalca el gremio.

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La inseguridad e incertidumbre no es lejana para la capital, dice Recalde. Aquí el otro empleo no pleno representa un menor porcentaje de la población ocupada (17,19%), pero evidenció un alza, en comparación al 2022.

Todo esto impulsa a que la informalidad siga en aumento, según los expertos. En el primer trimestre del 2023, esta representó el 53,5% del total de población ocupada. De esa forma, tuvo un crecimiento del 2,4% frente al mismo periodo del año pasado.

Este es un dato importante a considerar, acota Lima. “La informalidad laboral se asocia a menudo con la precariedad del empleo, la falta de protección social y una remuneración más baja, en comparación con el trabajo formal”.