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El 70% de los desempleados se encuentra en una población de entre 15 y 34 años.
El 70% de los desempleados se encuentra en una población de entre 15 y 34 años.Archivo / Expreso

El Gobierno reformula su estrategia para impulsar el empleo entre los más jóvenes

Tras el rechazo al contrato por horas, se delinean alternativas de flexibilidad. Expertos sugieren activar otros mecanismos

El Gobierno da las primeras pinceladas de la reforma laboral que prevé implementar desde 2026. La contratación por horas, si bien ya no es una alternativa —tras su rechazo en las urnas—, seguirá centrando el foco en flexibilizar la contratación de jóvenes, la población más golpeada por el desempleo en Ecuador.

El ministro de Trabajo, Harold Burbano, adelantó ayer la ruta: permitir contratos que dividan las horas diarias de trabajo y, con ello, formalizar las relaciones laborales de jóvenes que combinan estudios y trabajo. Lo que se quiere aplicar, explicó, “no es un contrato de trabajo por horas, sino una división de las horas de trabajo. Ocho horas diarias que podrían compartirse entre las primeras horas de la mañana y las últimas horas de la noche, dándole la posibilidad al joven de que pueda estudiar y trabajar a la vez”, dijo ayer en una entrevista radial.

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Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa del empleo adecuado apenas llegó al 37% en octubre de este año. Esto significa que casi dos tercios de los ecuatorianos que trabajan lo hacen en condiciones de subempleo (17,6%) o en la informalidad. La estadística es más preocupante si se observa la incidencia del desempleo en los más jóvenes: el 70% de personas de entre 15 y 34 años, hoy no tiene un trabajo.

Karolina Pazmiño, gerente de Gente & Gestión, confirma la crisis que se vive en el mercado laboral, especialmente entre los más jóvenes, que mes a mes le hacen llegar carpetas para postularse y ser colocados en alguna plaza de trabajo. La flexibilidad de contratación, dice, sigue siendo materia pendiente. “En la práctica sí hay empresas que ejecutan esa flexibilidad, pero son empresas grandes, las más consolidadas, con una filosofía de bienestar emocional y laboral, pero no todas. Seguimos viendo muchos jóvenes que terminan de estudiar la universidad y que inmediatamente se inscriben a una maestría y que por ello no pueden emplearse. También hay casos de gente que ya tiene 30 años y sigue en calidad de pasante”, sostiene.

Douglas Zavala, abogado laboral, explica que una propuesta como esta podría implementarse mediante reglamento, reforma o norma específica que modifique o habilite esa flexibilización para jornadas completas divididas. No obstante, destaca una dificultad: “si la división implica trabajo nocturno, debe considerarse en la normativa los recargos correspondientes”, lo que podría aumentar los costos de contratación.

Un salario diferenciado

El alto costo de contratación es una de las barreras principales para insertar a los más jóvenes en el mercado laboral. Si bien flexibilizar es un paso clave, para Alberto Acosta, analista económico y editor de la revista Análisis Semanal, hay que lograr que contratar a jóvenes se vuelva atractivo.

“Se debería crear un salario para el primer trabajo, para solucionar así el tema de la inexperiencia, porque los jóvenes empiezan su vida laboral sin experiencia, pero hay que pagarles un salario mínimo igual que a una persona con experiencia. Entonces, ¿a quién contratan? Obviamente, a la persona con más experiencia”, dice Acosta, quien añade que ese sueldo debe ser inferior al salario mínimo y solo debe aplicarse, de forma temporal, al primer empleo de una persona para que le permita obtener experiencia.

“Lo que se necesita es que para la empresa no sea tan costoso contratar a un joven... ese salario debería aplicarse además en un tiempo limitado, un año, de su primer trabajo, y se lo puede hacer vía Asamblea. Eso ayudaría a eliminar esa desventaja que hoy tienen los jóvenes. Hoy no es atractivo contratarlos por el alto salario”, dijo.

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Para Pazmiño, mejorar las reglas de contratación es el camino correcto; no obstante, recalca que son las condiciones económicas las que generan una real reactivación del empleo. “El Gobierno debería enfocarse más en atraer capital de otras empresas, hacer que el país sea atractivo para invertir acá, aplicar algún tipo de incentivo tributario los primeros años; eso generaría más empleo. Obligar al empleador a que contrate no es posible, ¿de dónde saca plata el empleador para seguir contratando a más gente? Lo que se necesita es más empresas, más que exigir lo que ya se tiene”, sostiene.

En eso coincide Acosta. “Solo mejorando el entorno económico vamos a poder mejorar el nivel de inversión que arriba al país y con eso generar más empleo. Solo con crecimiento económico se genera más empleo. Para ello, hay que permitirle al sector privado poder invertir en todos los sectores, sin excepción, incluyendo los llamados sectores estratégicos o monopolios estatales”.

Facilitar la desvinculación laboral

Otra de las futuras reformas será busca facilitar el rompimiento de una relación laboral. Burbano propuso reducir de manera sustancial los trámites en el Ministerio de Trabajo, especialmente el visto bueno, que genera una relación laboral exigida por parte del Estado. La idea es que si un trabajador y un empleador ya no quieren mantener la relación laboral, sea más sencillo romperla para que el empleador libere esos recursos y pueda contratar a otra persona de manera formal.

Estas propuestas, anunció el ministro, se formalizarán en los primeros meses de 2026. Uno de los objetivos, dijo, es lograr llegar al 40% de empleabilidad formal. 

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