
Easy rider, el filme que gritaba libertad
El filme de 1969 significó el inicio del ascenso actoral de Jack Nicholson.
En una época en la que el cine independiente emergía en medio de grandes estudios ya constituidos, como empresas productoras que invertían en películas de gran presupuesto, un valiente actor llamado Dennis Hopper se unió con Peter Fonda para protagonizar juntos una película llamada Easy rider, conocida en Latinoamérica como En busca de mi destino.
De este suceso se cumplen 50 años y es bueno rememorar lo que implicó este filme en los tiempos en que el amor, la paz y la libertad, muy de moda en 1969, contrastaban con la violencia que se daba en las calles en la lucha a favor de los derechos civiles y la terminación de la guerra de Vietnam.
La trama expone la historia de jóvenes amantes de las motos, que deciden emprender un viaje desde Los Ángeles hasta Nueva Orleans. La idea era cruzar todo Estados Unidos con la intención de descubrir el país.
Luego de vender cocaína a un tipo, Billy (Dennis Hopper) y Wiatt (Peter Fonda) asisten a la fiesta del Mardi Gras. Después de esta pausa, retoman el viaje y a lo largo de su aventura se encuentran en el camino con todo tipo de personajes, la mayoría excéntricos.
En un pueblito son arrestados por violar una ley de tránsito, en la celda conocen a un abogado (Jack Nicholson), quien posteriormente los logra sacar de prisión y se une a la dupla ‘en busca del destino’. Para el radiodifusor Washington Delgado, es remontarse a sus 18 años. Recuerda que vio este filme en el desaparecido cine Lido (Maracaibo y Quito).
“Para quienes la recordamos es evocar la nostalgia en una era en que Estados Unidos fue el referente del éxito, nos daba deseos de conocerlo. Producía una sensación de libertad ver a estos muchachos en moto dirigiéndose al sur del país en contraste con la forma de vivir en el norte. Gracias a esta película la imagen de Peter Fonda trascendió, pues hasta ese momento no había logrado la notoriedad de su padre (Henry Fonda ni de su hermana (Jane Fonda)”.
Delgado añade que Dennis Hopper nunca logró un reconocimiento mayor como lo merecía, mientras que Jack Nicholson por aquellos años comenzaba como actor. ¿Cómo explicar que los tres hicieron un clásico en esas circunstancias?, pregunta el comunicador. Para el presentador Agustín Guevara llama la atención que el largometraje que costó menos de 400.000 dólares recaudó al final 60 millones de dólares.
“Una gran producción cinematográfica que mantiene una vigencia muy notable, gracias a sus protagonistas y que coincide con el festival de Woodstock que también celebra sus bodas de oro. Para mí es un best seller que rompió récords y vale la pena volverlo a ver”.