Dos marchas dividen el centro de Guayaquil
La convocatoria de la alcaldía avanzaba por la 9 de Octubre. Los manifestantes contrarios fueron reprimidos.
Atrás quedó el miedo de los últimos días. Al son del reggaetón y ataviados de blancos, cientos de guayaquileños se unieron a la marcha convocada por la alcladesa de Guayaquil, Cynthia Viteri y el exalcalde de la ciudad, Jaime Nebot.
Algunos sostenían banderas de Guayaquil, otros carteles llamando a la paz y a la unidad. “Estamos hartos de tanta violencia, de los saqueos y protestas. Queremos trabajar. Solo un país que trabaja sale adelante”, indicó Karina Pérez, estudiante universitaria que acudió a la convocatoria junto a sus compañeros.
Desde los altoparlantes, personal municipal arengaba a los marchantes. “Queremos progresar, queremos desarrollo. ¡Este es el momento del diálogo! ¡Este es el momento del progreso! ¡No al paro! ¡Que viva Guayaquil!”, decían a viva voz.
Entre los vitoreos y aplausos era hasta sencillo olvidar que, hacia los costados de la avenida 9 de Octubre, cercados por filas de policías y militares, manifestantes se habían concentrado desde el medio día para protestar contra las medidas económicas decretadas por el gobierno la semana pasada.
Las protestas recrudecieron pasado el mediodía a la altura de la calle Boyacá y al otro extremo, junto al parque Centenario. Ahí, organizaciones de trabajadores, estudiantes y miembros de organizaciones indígenas mostraban su indignación gritando “¡Fuera Lenín, Fuera!”.
Con banderas del Ecuador y carteles denunciado la derogatoria de los subsidios a la gasolina, estos pedían la renuncia del presidente de la república y sus ministros.
“Son medidas que solo benefician a los que tienen dinero. A nosotros, los pobres, nos afecta y al gobierno no le importa, no quiere escuchar la voz del pueblo”, recalcó Tony Torres, dirigente de la asociación Trabajadores Acereros del Guayas.
A las 14:00 los ánimos se encendieron con el arribo de los primeros asistentes a la convocatoria municipal. Los militares reforzaron sus filas junto a la caballería de la institución, y dispararon gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. La situación escaló nuevamente pasadas las 15:00 a la altura del parque Centenario.
Pero del malestar, a la avenida 9 de Octubre no llegaba ni el ruido. Mientras la protesta recrudecía, los marchantes vestidos de blanco continuaban llegando, gritando ‘¡Qué viva Guayaquil! A todo pulmón y esperando ansiosos la llegada de Cynthia Viteri y Jaime Nebot.