
Don Joaquin, de Manabi para el mundo
Su empresa no nació en un garaje como suelen iniciar la mayoría de emprendimientos. Las mezclas de frutas y otros aderezos para formular las primeras salsas de Don Joaquín surgieron en una cocina convencional, en Portoviejo.
Fue en su casa, dice Wilmington Ramírez, donde comenzó a fabricar las primeras 20 cajas de su producto, que hoy se toman las perchas de supermercados locales e internacionales. Todo empezó, cuenta, en el 2012 cuando la empresa de su familia se propuso participar en una feria alimenticia estadounidense, con la oferta de un nuevo producto. “La idea era hacer algo diferente a lo que ya había en el mercado, vimos que había salsas donde solo predominaba el ají. Nos propusimos hacer unas que tengan como base las frutas y un toque de picante para ver cómo nos iba. Empezamos a hacer pruebas y vimos que había aceptación de la gente”.
Fue así como en el 2013, con un capital de $ 500.000, Ramírez se animó a independizarse para comprar maquinaria y edificar su propia empresa. En Proveagro S.A. hoy se elaboran mensualmente 4.000 cajas de producto, 50 % con destino a exportación.
A Don Joaquín le tomó un año para empezar a exhibirse en perchas internacionales. En el 2014, la marca empezó a exportar a Canadá. Desde el año pasado lo hace a Chile, Estados Unidos e Italia. Este año llegará a Colombia.
La idea, dice este empresario, es que la marca siga llegando a nuevos mercados. Para eso, explica, ha debido invertir y preparar a su empresa para obtener diversas certificaciones. “A la gente de afuera le gustaba la presentación y el sabor del producto, pero nos empezaron a exigir que trabajemos en certificaciones”. Por eso, desde el 2015, la firma cuenta con el aval de acreditaciones como Kosher, Gluten Free y Vegan que certifican que sus productos pueden ser consumidos por estos colectivos.