DIVINO DELFÍN

DIVINO DELFIN

28 años tiene el plantel manabita en el fútbol ecuatoriano, ha jugado 12 veces Serie A y la misma cantidad en Serie B.

Si hay alguna parte en el mundo en la que la fe es inquebrantable, es en Latinoamérica. En Manabí, después del terremoto del 16 de abril, muchas personas quedaron desamparadas, en las calles, sin motivación, pero la vida da vuelcos hermosos y Delfín es el protagonista de este.

“Soy cristiano evangélico, creo mucho en Dios, siempre le oramos por mucha gente y sé que ellos oran por nosotros. Tenemos un Dios que es maravilloso, hay varias personas que tienen diferentes religiones en el club, pero la fe mueve montañas y Delfín la ha movido”, aseveró con tal certeza el delantero del club cetáceo, Roberto Ordóñez, uno de los pilares del club manabita en esta temporada.

Delfín ha llamado la atención por sus goles, resultados históricos, el invicto y hasta por su gestión institucional, sin embargo cuando se habla de este club, Dios está en boca de todos, o por lo menos el 99 % de la plantilla.

Es un club que ora antes de los entrenamientos y los partidos. “Siempre rezamos para que nadie se lastime y nos ayude a buscar el resultado”, dijo el capitán, Francisco Silva, a EXPRESO.

Hay futbolistas que se reúnen a orar luego de las prácticas, otros que no son tan fanáticos, pero que respetan las costumbres de los otros.

Marcos Cangá , un histórico en el club desde el 2013, es de esos que en su tiempo libre dedica tiempo en alimentar su fe.

“Soy un siervo de Dios. Todos los jueves tenemos casa iglesia en Manta y en Portoviejo, están los Atletas de Cristo. Siempre nos unimos en casa de Henry Cangá, con Pedro Ortiz y otros compañeros del Manta FC”, cuenta Cangá, quien ingresó al camino de Cristo gracias a su excompañero, Duval Valverde, en 2013.

Quienes quedaron atónitos con las costumbres religiosas en el país son la dupla uruguaya: Cristian Malán y Matías Duffard.

“Nosotros allá en Uruguay no somos tan creyentes, hay gente que sí, pero acá hay más. Aquí se reza antes de los partidos y entrenamientos y no es algo que nos molesta , si es de rezar rezamos”, explicó Duffard.

Malán por su lado comenta que “para nosotros fue algo nuevo, lo respetamos y lo hacemos con todo el plantel. Los dos (junto a Duffard) somos bautizados católicos. Sí, yo creo en Dios, pero en Uruguay no hay mucho fanatismo como acá”, agrega Malán.

La gente en las calles de Manabí habla de que todo lo bueno que está sucediendo en el club es obra de “la mano del Señor”.

Jorge Macías, taxista de la urbe mantense, dijo que “Cristo nos levantó de ese terremoto que vivimos, y como te quita te da. Mire a ese Delfín que el año pasado casi desciende, hoy es el orgullo de Manabí, con la gloria de Cristo”.

Hay mucha fe en Dios y en Delfín, después de todo cada catástrofe sirve para unir a las personas, pasó en Ecuador, lo siente Manabí y también el equipo cetáceo, que a punta de trabajo y muchas oraciones, escribe su historia en el fútbol ecuatoriano.

‘Maelo’ no se mueve sin su Virgen

No es futbolista, pero en Delfín su protagonismo resurge por su afición con la Virgen María y que según él “ella es la que le ha dado una mano al Delfín”.

Jéfferson Chavesta León es el tercer utilero del club y empezó a ser creyente cuando su madre, María Margarita León, sufrió de un preinfarto en 2013 y tuvo que quedarse en la clínica 15 días en coma. Su Virgen lleva un lugar importante en su casa, sus padres siempre el encienden una vela cuando él se va.

“Mi papá me enseñó este camino, rezamos durante una semana y mi mamá se despertó del coma. Desde allí nunca dejé a mi Virgencita”, dijo a EXPRESO.

“Llevé a la Virgen cuando subimos a la A y el año anterior para no descender. Ella me escucha bastante. En el Capwell yo estaba llorando en camerinos, con Merito (otro utilero), nos arrodillamos y a los tres minutos Delfín hace el empate”, contó.

Quien dice que la fe no gana partidos, para ‘Maelo’ como cariñosamente le dicen en el club, hoy se aferra más que nunca a su amuleto.