Represión. Activistas de la oposición, que pretendían llegar a la Defensoría del Pueblo, durante choques con las fuerzas de seguridad, ayer en Caracas

Los disturbios acompanan las protestas en Venezuela

La autoría del atentado se atribuye al kirguís Akbarzhon Dzhalílov, de 22 años.

Fuerzas de seguridad bloquearon ayer el paso de una marcha opositora en Caracas que reclamaba la destitución de jueces del máximo tribunal, que habían suspendido las funciones parlamentarias, una medida que generó protestas y exhortos internacionales a respetar la separación de poderes.

Con silbatos, banderas tricolor y cantando consignas como “elecciones ya” y “los jueces del TSJ son de cartón”, la oposición marchó desde siete puntos de Caracas, uno por cada juez, para avanzar al centro tomando una importante autopista.

Los manifestantes intentaron llegar hasta la sede de la Defensoría del Pueblo para forzar su apoyo para la sustitución de los magistrados, pero en el camino se toparon con la militarizada Guardia Nacional, sus bombas y un muro metálico que salía de un camión y bloqueaba la vía. Cuando la manifestación intentaba colarse por vías alternas, salía un batallón antimotín y a punta de gas, balas de goma y chorros de agua la obligaba a retroceder.

“En Venezuela no hay leche, no hay alimentos, no hay medicinas, pero hay bombas, hay perdigones”, dijo el líder opositor y dos veces candidato presidencial Henrique Capriles minutos antes de verse afectado por los gases lacrimógenos, por lo que fue sacado cargado en brazos.

“Sentimos vergüenza del Gobierno que hay hoy en Venezuela: la Constitución la violaron”, agregó mientras una multitud gritaba “fuera Maduro”.

La Asamblea Nacional (AN), que es controlada por la oposición, inició el miércoles el procedimiento para remover a siete magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que firmaron las sentencias la semana pasada, pese a que después de que estallaron las protestas las decisiones fueron modificadas parcialmente.

La iniciativa del Congreso necesita el respaldado de al menos dos de los tres miembros del Poder Ciudadano -formado por la fiscal, el contralor y el defensor del pueblo-, en su mayoría alineados con el presidente Nicolás Maduro. Los tres organismos recharon ayer esa posibilidad.

“Me mueve Venezuela y salvar la democracia. Ya basta de tanta tiranía y tanta miseria. Trabajo en una casa de ayuda para los pobres y siempre he visto pobres, pero jamás la miseria de ahora”, dijo Teresa Ovalles, una monja de 62 años. “La salida de los jueces es una manera de empezar a salir de esto”.

En la antesala de la marcha, la circulación por las autopistas de acceso a Caracas fue restringida -con puntos de control instalados por las autoridades- y varias estaciones de Metro estaban cerradas. Si bien la convocatoria no fue tan grande como en marchas anteriores, cientos se mantuvieron hasta tarde en las calles.

Los seguidores del chavismo también se reunieron para manifestarse en contra de lo que consideran injerencia de la parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha solicitado al gobierno socialista acciones para fortalecer la democracia.

“No vaya a creer la derecha apátrida que por sus marchas nosotros nos vamos a ir para la casa o vamos a negociar el gobierno que constitucionalmente tenemos”, dijo Freddy Bernal, dirigente político y funcionario del gobierno de Maduro.

“Ni con sangre va a haber cambio en Venezuela, el cambio en Venezuela comenzó con el comandante (Hugo) Chávez hace 18 años y va a seguir. Dios mediante”, dijo Diosdado Cabello, vicepresidente del gobernante partido socialista PSUV.

Maduro, por su parte, aseguró que el país está “en paz” y que los “focos violentos” en Caracas fueron “neutralizados”.

En otras ciudades, como en Maracaibo, y Puerto Ordaz, miles también se movilizaron exigiendo la convocatoria de elecciones generales adelantadas. En San Cristóbal, los uniformados también usaron gases para dispersar la congregación.