Dias dificiles para las

Este mes de diciembre ha resultado especialmente tormentoso para las democracias de la región. Con la excepción de Chile, que parece justificar más que nunca su denominación de estrella solitaria, Perú y Argentina han vivido momentos difíciles que más allá de la coyuntura comprometen su estabilidad democrática. Venezuela por supuesto, cada día peor, a punto de convertirse en una segunda Cuba ante la mirada impotente de los unos y la complicidad de la imposible negociación diplomática de los otros. En los demás, la democracia es, para usar un lugar común, una asignatura siempre pendiente de aprobación.

Lo sucedido la semana pasada en Perú mostró una democracia exánime, donde un congreso casi controlado por una mayoría de la que muchos de sus representantes están acusados de delitos de corrupción, estuvo a punto de dejar fuera del cargo al presidente. Por ocho votos apenas, la moción de vacancia contra Pedro Pablo Kuczynski no fue aprobada. Lo grave del asunto es, como lo dejaron en claro los editoriales de El Comercio y de La República, de Lima, aparte de connotados editoriales y un preciso comunicado de la Pontificia Universidad Católica del Perú, que a moción fue resultado de un claro revanchismo político, gestado en una semana, y cuya tesis de “incapacidad moral permanente” como razón de la destitución nunca fue argumentada ni justificada. Fue un intento de golpe de Estado planteado desde la hipocresía moral y el legalismo: “Lo que está en juego no es la vacancia sino la democracia”, tituló La Tercera de Santiago. Aparte de los errores del gobierno de PPK, que necesita un urgente cambio.

En Argentina los violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías en las afueras del Congreso marcaron la semana de violencia y un aumento de la confrontación que augura días más difíciles para la democracia, si se tiene en cuenta que el gobierno de Macri se mueve en una economía deteriorada, producto de la mala gestión del kirchnerismo y que debe tomar medidas impopulares después de la fiesta irresponsable y alcahueta de la pareja.