El descanso y la buena cosecha

Hay ejecutivos que, prácticamente, nunca duermen; esto, en otros países, ha sido causa de muerte; por sus ocupaciones no tienen tiempo para descansar y, si lo hacen, se sienten culpables por creer que se atrasan en sus tareas; incluso, hay quienes no se explican por qué Dios descansó en el séptimo día y se sienten mal por tener que hacerlo.

Solo la paz de Dios y la confianza en Él nos dan el sueño reparador, aunque tengamos problemas (Salmo 4:8); el mismo Jesús, probablemente cansado, se durmió en medio de una tormenta. Dijo Ovidio: “El campo que descansa da una buena cosecha” (Levítico 25).

Miguel Ulloa Paredes